Permíteme presentar a la Sra. M.

Ella es una de esas santurronas condescendiente y manipuladora, pero aún así se describe a sí misma como la pobre víctima. La Sra. M. vive en su propia órbita, absorta en sí misma, egocéntrica y nunca puede ceder.

Puede ser absolutamente perversa y dispone de un depósito de comentarios hirientes, discriminatorios y filosos para todo aquel que no se someta a cualquiera de sus caprichos.

¿Te puedes hacer una idea?

En resumen, es una de esas personas que no te gustaría encontrar en tu camino. ¡Nunca!

Y ahí estábamos… con una agenda que nos obligaba a pasar todo un fin de semana juntas. ¡Treinta y seis horas codo a codo con esa mujer! No había manera de zafar de ese fin de semana.

¿Qué hacer?

En algunos momentos contesto esa amenazadora pregunta con las siguientes opciones:

A. Prepárate con calma y energía para cualquier cosa que esta mujer pueda decir y tené pronta tu propia embestida de comentarios sarcásticos, mordaces y abrasivos como respuesta a los de ella.

B. Durante varias noches te despertarás a medianoche presa de una enorme ansiedad. De ese modo, cuando el fin de semana esté realmente ahí, te encontrarás con los ojos hinchados y tan exhausta que ni te darás cuenta que ella se encuentra allí.

C. Mirándote al espejo practicá cómo echarle miradas realmente maliciosas. Incluso si crees que se pueda recuperar, estas miradas gélidas seguramente la pondrán en su lugar.

D. Llama a las líneas aéreas haciéndote pasar por la Sra. M. y cancela su pasaje.

E. Cuéntale a todo aquel que podría llegar a participar de este fin de semana (incluso a aquellos que no lo hagan) lo difícil que es esta mujer. Seguramente les harás un favor y poder compartir tus sentimientos te hará sentir mejor.

En otros momentos me doy cuenta de lo auto-derrotista que es todo lo anterior y trato de encontrar algo que sea un poco más sensato. Esta es la lista de "los otros momentos":

A. Respira. Practica inspiraciones largas y profundas. Imagínate expirando toda la negatividad e inhalando bondad y bendiciones.

B. Trata de mantenerte alejada. Planifica estar con otras personas, lo más lejos posible de la Sra. M.

C. Piensa en la analogía con el Teflón. Es el ejemplo que una amiga y yo usamos con respecto a determinadas personas que tienen la capacidad de permitir que las dificultades de la vida les resbalen, como al Teflón, sin absorber ninguna negatividad. Cuando la Sra. M. empieza con su letanía, trata de visualizar sus comentarios como si simplemente te resbalaran.

D. Emplea la oportunidad para crecer como persona. Concéntrate y agradece a D-os por toda la bondad que hay en tu vida, en lugar de exaltarte, contestar o bajar a su nivel y trata de sentir compasión por una persona que nunca ha aprendido el significado y la belleza de una vida con más amor, participativa y generosa.