El chequeo médico puede descubrir problemas potenciales antes de que se hagan más significativos. Nos guían cambiando o alterando nuestro estilo de vida, dándonos pistas de qué ajustes debemos hacer en nuestra dieta y régimen del ejercicio. Consultando con nuestros doctores, logramos obtener una fotografía instantánea, por así decirlo, de nuestra salud física - en qué situación hemos estado el último año, hacia dónde nos dirigimos y qué necesitamos hacer.
Espiritualmente, también debemos hacer un chequeo médico anual. En lugar de consultar con un doctor, sin embargo, consultamos con un mashpia- mentor espiritual (amigo, rabino, maestro) buscamos un consejo, alguien en quien confiamos tiene las mejores intenciones, pero que también puede darnos una evaluación realista.
Y así como el examen físico sondea varias partes de nuestros cuerpos, también el "examen espiritual" debe testear varias partes de nuestras almas. De hecho, incluso podríamos encontrar algún parangón:
*Reflejos: Estamos sentados en la oficina del doctor y nos golpea en la rodilla con ese pequeño martillo. Sin pensarlo o controlarlo, nuestras piernas se mueven hacia adelante. Un juego apropiado de los reflejos significa que nuestro sistema nervioso está en orden y activo: nuestros instintos trabajan.
Hay situaciones en las que tenemos que reaccionar de inmediato, dónde pensar toma demasiado tiempo - saltar, por ejemplo, o dejar a alguien atrás.
También tenemos reflejos espirituales y éstos necesitan estar en orden y activos de igual forma. Hay momentos en que nuestra primera contestación, nuestro impulso, debe revelar la naturaleza esencial de nuestra alma judía. Cuando vemos a alguien en la necesidad o cuando nuestro sueldo llega y nos sentamos a pagar las facturas, ¿Funciona el impulso de caridad- un instinto natural judío- automáticamente, o intentamos resistirlo?
*Pruebas de sangre: La enfermera toma una muestra de sangre y la envía al laboratorio para estudiarla. ¿Nuestro colesterol está demasiado alto? ¿Triglicéridos? ¿Qué hay sobre el azúcar en sangre - cualquier señal de advertencia temprana por la diabetes, Di-s no lo permita?
Espiritualmente, la sangre representa la vida, el entusiasmo, el propósito y la vibración de una persona. Podemos tener el colesterol espiritual alto - demasiada "grasa" que estorba la observancia de las mitzvot- los cauces de conexión a la Divinidad y el Judaísmo. Podemos tener problemas espirituales de azúcar en sangre, siendo incapaces de digerir la dulzura de la vida, o de reconocer la bondad dentro de otros y la creación de Di-s.
*Órganos internos: Abra su boca y diga: "ahhh". La luz en la oreja y el ojo. Tos. Nos apretan en el abdomen para sentir el hígado, etc. El misticismo judío explica que la estructura física corresponde a una anatomía espiritual. Cada órgano parangona una emanación Divina, una característica humana. Por ejemplo, el brazo derecho corresponde al jesed- el atributo de bondad- y el brazo izquierdo al guevurá, el atributo de disciplina. ¿Nuestros órganos espirituales están en equilibrio? ¿Funcionan apropiadamente?
*Presión de sangre: Algo muy importante. ¿Cuál es nuestro pulso espiritual?
Qué nos enseña todo el examen. Si bien realizar un chequeo médico, físico o espiritual, siempre es apropiado, el mes de Elul, el mes de preparación antes de Rosh Hashaná, es particularmente próspero para realizar una contabilidad espiritual. En este mes de Elul, ¿por qué no concierta una cita con sigo mismo, y su mentor o rabino, para realizar su chequeo médico anual a su alma?
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