Consideremos algunos de los problemas prácticos por lo que se conoce atraviesan los matrimonios interreligiosos. Considera detenidamente las siguientes preguntas: ¿Quién oficiará La boda? ¿Se llevará a cabo en una iglesia o en una sinagoga? ¿En qué clase de vecindario vivirás y criarás a tus hijos? ¿Estará tu cónyuge a gusto en la parte de la ciudad que tú prefieras? ¿Qué símbolos étnicos o religiosos estarán en la casa? ¿Habrá una mezuzá en la puerta o una cruz en la pared? ¿Será la literatura religiosa o de tipo cultural prominente en la biblioteca doméstica? ¿Adónde irá el dinero que des en caridad? ¿Asistirán tú o tu cónyuge a la iglesia o a la sinagoga para los servicios semanales o las celebraciones? ¿Habrá alguna presión en el futuro para que alguno de los dos se convierta? ¿Quieres ser enterrado en un cementerio judío, cristiano o sectario? ¿Qué clero debería conducir La ceremonia? ¿Desearán (o se Les permitirá) ser enterrados juntos? ¿Qué prácticas de duelo quieres que se observen por ti?

Como probablemente lo sepas, los conflictos más célebres de los matrimonios mixtos son los relacionados con los hijos. En muchos casos se puede convencer al cónyuge no judío de permitir que el bebé varón sea circuncidado. ¿Pero cómo puede uno entonces oponerse a un bautismo? De modo similar, ¿habrá una celebración dando la bienvenida a un nuevo niño cristiano? ¿A qué escuelas religiosas asistirán los niños, si es que irán a alguna? ¿Se criará a los niños de acuerdo con una religión o con ambas? ¿Sabrán tus hijos leer en hebreo? ¿Sabrán Las plegarias cristianas? ¿Celebrará la familia Jánuca? ¿Navidad? ¿Y qué hay de las otras festividades? ¿Habrá un bar/bat mitzvá? ¿Qué sucederá si a Los niños les empieza a gustar una tradición más que la otra? ¿Cómo te sentirás si tu hijo, viendo televisión o una película, se refiere a los judíos como "ellos" y no "nosotros"? Tal vez de más importancia: ¿qué pasará si los sentimientos paternales sobre estos cruciales asuntos cambian, como ocurre frecuentemente?

Todas estas cuestiones reflejan problemas comunes de los matrimonios interreligiosos. La literatura en este tema se refiere a estos asuntos como "bombas de tiempo", porque no parecen ser problemáticos hasta que hacen estallar una unión más adelante.

Como lo expresa una mujer:

Nada es simple. Dónde vivir, qué festividades celebrar, qué comida servir, a qué escuelas religiosas enviar a los niños: todo es un problema. Todo termina en una discusión. Cosas que deberían acercarte te alejan. Eventualmente dejamos de confiar el uno en el otro, y ése fue el principio del fin.

Otra mujer de Filadelfia relató lo siguiente:

Mi rabino nos mostró una película que el Movimiento Reformista hizo sobre los matrimonios interreligiosos, donde vimos sesiones de terapia grupa! para parejas mixtas. No era agradable. Una esposa describe cómo el día en que su hijo nació, mencionó de modo informa! las preparaciones para la circuncisión. Su marido objetó llevar a cabo tal "ritual bárbaro". Suplicándole, finalmente logró que él accediera, explicando cuán importante era para su religión y para ella. "Bien -él respondió-, ¡entonces estoy seguro de que entenderás por qué insisto en que sea bautizado!" Su matrimonio no parecía tener muchas posibilidades de prosperar. Oí que el rabino tuvo que interrumpir la transmisión de la película porque hizo sentir mal a muchos congregantes.

Aunque todos los matrimonios tienen sus desafíos, los mixtos son particularmente problemáticos debido a que [os conflictos que vienen junto con ellos son tanto permanentes como extremadamente delicados. En efecto, tal como hemos visto, las diferencias que tos cónyuges traen con ellos se vuelven más problemáticas con el, tiempo. En vez de una atmósfera religiosa común que forme una conexión que pueda ayudar a una pareja a través de tos momentos difíciles que se producen en cualquier relación, las diferencias religiosas invariablemente causan y exacerban tensiones en el matrimonio.

El rabino Jacob J. Hecht escribe:

El amor es esencial en un matrimonio; Un matrimonio sin amor es estéril e inestable. Pero se necesita mucho más aparte de esto. El matrimonio representa un vínculo, un intento de continuidad social y seguridad familiar, una preocupación por el. pasado y una esperanza en cuanto al futuro. Ese vínculo debe ser consolidado no sólo con amor, sino también con un propósito en común y un compartimiento de metas e ideales. El matrimonio entre dos personas educadas en diferentes creencias, despoja a ese vinculo de mucho de su homogeneidad

Extraído de ¿Por qué casarse entre Judíos?