Pretendiendo animar a su hijo pequeño a adelantar en piano, una madre llevó al chiquito a un concierto de Paderewski*.

Después que se ubicaron en sus respectivas butacas, la madre avistó una amiga en la platea y fue hasta el pasillo para saludarla. Aprovechando la oportunidad para explorar la belleza del teatro, el niño se levantó y caminó hasta una puerta donde se leía "Entrada Prohibida".Cuando las luces del teatro se apagaron y el concierto estaba para comenzar, la madre volvió a su asiento y vio que el niño no estaba allí. De pronto, las cortinas se abrieron y los reflectores iluminaron el impresionante piano Steinway sobre el escenario. Horrorizada, la madre vio su hijo sentado al piano, tocando inocentemente la "Marcha Soldado, Cabeza de Papel". En aquel instante, el virtuoso compositor entró, caminó rápidamente hasta el piano y le susurró al oído del niño: "No pares. Continúa tocando."

Inclinándose, Paderewski colocó la mano izquierda sobre las teclas y comenzó a tocar la parte más grave de la melodía. Luego su mano derecha alcanzó las teclas por encima de la mano del niño y él añadió un rápido obbligato. Juntos, el viejo maestro y el joven aprendiz transformaron una situación extraña en una experiencia maravillosa y creativa. La platea estaba hipnotizada.

Lo mismo ocurre entre nosotros y Di-s. Aquello que podemos conseguir por nosotros mismos no es muy digno de notarse. Intentamos hacer lo mejor, sin embargo los resultados no son exactamente una música que fluye graciosamente. Con la mano de Di-s, el trabajo de nuestra vida puede ser realmente bello. Por lo tanto, de la próxima vez en que intente conseguir grandes realizaciones, oiga cuidadosamente y podrá escuchar la voz de Di-s susurrando en sus oídos: "No pare. Continúe tocando."

*Ignacy Jan Paderewski (1860-1941): Reconocido pianista y compositor polaco.