El libro de Devarim (Deuteronomio), que comenzamos a leer este Shabat, se diferencia de los otros cuatro libros bíblicos que le precedieron. Este libro de llama 'Mishné Torá', porque es esencialmente una especie de repaso de lo dicho en los libros anteriores (pese a que también incluye muchas novedades, y también explica y detalla cosas dichas en los otros libros). Sin embargo el distintivo más interesante propio de este libro se expresa en las palabras del Talmud que este libro lo dijo Moshé "de motus propio".
¿Qué significa de 'motus propio'? ¿Acaso el libro de Devarim no fue dicho por el Altísimo? El Rambam legisla que si una persona dice que sólo una palabra de la Torá la escribió Moshé por sí mismo es un hereje' ¡cuánto más la totalidad de un libro de la Torá! Está claro, entonces, que la expresión de 'motus propio' no pretende decir que este libro lo escribió Moshé a partir de su propia inteligencia y pensamiento.
Tan Solo un Mensajero
La respuesta básica a esta pregunta la brinda el comentarista talmúdico 'Tosafot'. Explica el término de motus propio': "Con espíritu sagrado (= ruaj hakodesh)". Es decir, no pensemos que el libro de Devarim lo dijo Moshé producto de su propio corazón y pensamiento. Cada palabra de este libro fue dicha con espíritu sagrado – ruaj hakodesh, y por ende cada palabra es Palabra de Di-s tal cual.
Si es así, ¿cuál es la diferencia entre este libro y los libros anteriores? ¿Acaso no transmitió Hashem al pueblo de Israel las palabras de la Torá escrita en los libros previos, a través de Moshé?
La respuesta es que las palabras de la Torá de los libros anteriores las transmitió Moshé al pueblo de Israel solo en carácter de mensajero, sin que su persona, razón y pensamiento estén de por medio. Mientras que en el libro de Devarim, la Presencia Divina (Shejiná) se envistió en la razón y el pensamiento de Moshé de manera que de cierta forma esto parecería ser como de 'Moshé propio'; pero en verdad era "espíritu sagrado – ruaj haKodesh", y como está dicho –"la Shejiná habla por la garganta de Moshé".
Adecuación de la Torá
En esta forma de transmisión de la palabra de Hashem hay una ventaja. Cuando la Torá es transmitida al pueblo a través de la razón y la comprensión de Moshé, ella está más graduada al nivel y la necesidad del pueblo. Efectivamente esta es la razón que en el 'Mishné Torá' fueron explicados y desarrollados muchos temas que en los libros anteriores permanecen cerrados y tapados.
Esta necesidad de transmitir la Torá vía la comprensión de Moshé era consecuencia de que los judíos se encontraban entonces previos a ingresar a la Tierra de Israel. Comenzaba ahí una nueva etapa en el servicio a Hashem. No había más una desconexión del mundo y la provisión de todas las necesidades naturales dejaron de tener lugar a través del milagro. A partir de ahora, debían vivir un sistema de vida natural dentro del mundo, con la misión de introducir santidad en el seno de la vida cotidiana. Por eso había necesidad de que la Torá 'descienda' hacia ellos un poco más. Ese es el sentido del libro de Devarim, Mishné Torá.
Etapa en la Transmisión de la Torá
En realidad, el libro de 'Mishné Torá' constituye un giro de suma importancia en la forma general de transmitir la Torá. La primera etapa de la transmisión de la Torá tuvo lugar con los dos primeros Mandamientos, los cuales el pueblo escuchó de boca del Todopoderoso directamente. La fase siguiente fue la entrega de la Torá a través de Moshé; siendo él tan solo un mensajero para transmitirla. Mientras que en Mishné Torá comienza una nueva etapa –la transmisión de la Torá a través de la razón y comprensión de un ser humano, al investirse la Shejiná en el pensamiento de Moshé.
Esta fase continuó también a lo largo de las generaciones siguientes. Nuestra actitud de santidad hacia la Mishná, la Guemará, al Sifrí, y a todos los libros de los verdaderos Grandes de Israel, están basadas sobre la fe de que todos ellos fueron escritos con espíritu sagrado. Es verdad que hombres pensaron estos temas con su propia inteligencia, analizaron, discutieron, sacaron conclusiones, etc., pero al fin y al cabo esto es la Palabra de Hashem que se invistió en su lógica y en su manera de pensar.
(Likutei Sijot Tomo 4, Pág. 1087)
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