Pregunta:
Acabo de recibir una invitación de mi amiga para el Bar Mitzvá de su hijo. Lamentablemente, hace unos años, tuvimos una discusión. Estaba terriblemente ofendida y herida, nuestra relación quedó muy dañada y nunca solucionamos nada.
No hemos hablado desde entonces. Me siento extraña e incluso hipócrita para asistir al Bar Mitzvah. Todavía estoy sufriendo y no puedo simplemente fingir que todo está bien. ¿Qué piensa usted?
Respuesta:
No estoy al tanto de todos los detalles y no quiero disminuir la intensidad de su ira y dolor. Pero permítanme compartir con ustedes una vieja expresión judía: "Es mejor tener una paz falsa que un conflicto real"
Reparar relaciones dañadas es difícil y complejo. El camino hacia la resolución del litigio es un reto. Se necesita voluntad, paciencia y fuerza de carácter en ambos lados.
Pero presentarse a ceremonias y aferrarse a la seguridad de que el conflicto se extenderá y nunca finalizará. Insistir en el protocolo adecuado y esperar a la persona adecuada para disculparse primero siempre es ineficaz.
El primer paso hacia la solución es romper fronteras, derretir el hielo y crear una oportunidad para la comunicación.
Tal vez su amiga no ha hecho lo correcto. Pero sinceramente o no, ella se ha acercado. Ahora no es el momento de analizar sus motivos exactos o buscar la verdad absoluta. Es mucho mejor tomar la oportunidad y esperar iniciar un proceso de reparación de la relación.
Al asistir al Bar Mitzvá usted no es una hipócrita, ni está haciendo una declaración de que todo está bien. Usted está diciendo simplemente que, si bien todavía hay cuestiones sin resolver de todos modos le deseamos lo mejor y estamos preparados para comenzar el proceso de restablecimiento de la amistad.
Vaya al evento, relájese y disfrute.
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