Estimada Raquel:

Estoy comprometida con un joven maravilloso, pero tengo una preocupación. Me da la impresión de que es demasiado apegado a su mamá y tengo miedo de que cuando me case con él, sea como si me casara con los dos. Él ni siquiera se da cuenta, pero todo el tiempo comparte la misma opinión de su madre cuando hablamos de cualquier tipo de temas y, además, cada vez que no sabemos qué decisión tomar respecto a un cierto tema, necesita preguntarle a su mamá qué le parece a ella. Yo nunca le dije nada, porque la verdad es que yo quiero mucho a su mamá y pienso que es una gran mujer, pero ¿cómo le dejo en claro que quiero que tomemos decisiones nosotros dos; no, nosotros tres?

Comprometida con “el nene de mamá”.

Los Ángeles, California

Estimada comprometida con “el nene de mamá”:

Bueno, para ser totalmente honesta contigo, tengo que decirte que la situación podría ser mucho peor. Por suerte, tú quieres a su madre y piensas que es una gran persona; de no ser así, resolver el problema sería prácticamente imposible. Sin embargo, en tu relato, no mencionas cómo se siente ella respecto a esta dependencia. ¿Está contenta de que él dependa tanto de ella? ¿Alienta esa dependencia? ¿Es algo que ella exige? ¿O a ella también le molesta que él no corte el cordón umbilical y solamente está esperando que tú tomes las riendas?

Es muy importante que tu novio se dé cuenta de que está a punto de casarse contigo y de que eso significa que tú eres el centro de su vida. La idea de que uno debe dejar la casa de sus padres y aferrarse a su mujer es un concepto tomado de la Torá (Génesis 2: 24). Del mismo modo, la mujer deja la casa de sus padres y se aferra a su marido. Ustedes dos tienen que empezar juntos a crear una vida propia, a su manera. Nadie cuestiona que el consejo y el aporte de los padres y los suegros que nos quieren es algo que debemos valorar y utilizar siempre que sea apropiado, pero eso no puede ser el origen y el punto de partida de nuestra toma de decisiones.

Yo, en tu lugar, comenzaría teniendo una charla abierta con tu novio acerca de cómo te sientes, diciéndole que, en tu opinión, no es sano para la relación que él sea tan dependiente de su mamá. Es importante que descubran por qué él siempre recurre a ella cuando tiene que tomar una decisión. Si hasta ahora nunca le mencionaste el tema, entonces es posible que él le pregunte a su mamá para tener la opinión de otra mujer, porque piensa que tú vas a apreciar eso. Tal vez, ella le dé consejos que él respeta, y él no se da cuenta de que es mejor que los demás familiares no participen en los pormenores de la relación.

En realidad, esta es una lección muy importante para ustedes dos. En lo que concierne a las decisiones personales que uno hace en la vida, es fundamental que uno encuentre a alguien a quien pueda consultar o, incluso, a unas pocas personas diferentes que puedan ser objetivas y servir como guías. Pero esto es sumamente difícil cuando uno se aconseja con los padres, ya que ellos no siempre son objetivos y, por lo tanto, es probable que no logren separar sus sentimientos cuando deciden qué es lo mejor para sus hijos.

La filosofía jasídica nos enseña que cada persona debe tener un mashpía. El concepto de mashpía es que tenemos que encontrar un consejero que nos guíe, alguien que nos conozca y nos respete, pero que esté alejado de nuestras vidas para que pueda darnos consejos basándose en nuestras verdaderas necesidades. Esta persona puede ser un rabino, un maestro, un amigo o incluso un familiar, pero idealmente tiene que ser alguien que no esté tan involucrado con la vida de uno, para que pueda intervenir en forma objetiva.

En tu lugar, yo buscaría a otras personas que los dos conozcan y respeten para que puedan consultarlas cada vez que sientan la necesidad. Y cuando tu marido sugiera consultar el tema con su mamá, tú puedes sugerirle que hablen con otra persona.

Y para no tensar la relación entre él y su mamá y entre tú y tu futura suegra, trata de pensar en temas respecto de los cuales no te importaría que ella opine (o aún mejor, temas sobre los que te gustaría, incluso, conocer su opinión) y menciona esto siempre que puedas. Por ejemplo, si le dices a tu marido: “Me encantaría encontrar un lindo lugar donde pasar el próximo domingo. ¿Por qué no le preguntamos a tu mamá si tiene alguna idea?”, entonces, quizás tu marido sienta que su mamá ya participó en las decisiones de ustedes y que su opinión es aceptada, y tal vez eso limite la necesidad de involucrarla en otros temas.

Y no te olvides de que, por más molesto que esto te resulte, también tiene su lado bueno, ya que todo indica que te estás por casar con un hombre que siente un tremendo respeto y admiración por una mujer, por su madre, y que es muy probable que sienta lo mismo por ti. Al fin y al cabo, la Torá nos enseña que Isaac buscó específicamente a una mujer que tuviera las mismas características que su madre, de tanto que la admiraba. Así que mazal tov por tu próxima boda y mis mejores deseos de que con el matrimonio puedan construir los dos juntos su hogar y su lazo como pareja.

Raquel