Veamos hoy algunos detalles de la construcción, contenido y servicios realizados en el Beit Hamikdash o Templo de Jerusalén y algunas de sus enseñanzas.
Ubicación, ubicación, ubicación.
En cuanto a su ubicación hay algunos detalles interesantes:
1. El Mizbeaj o altar sobre el cual se ofrendaban los sacrificios animales fue construido en un lugar muy específico, con antecedentes históricos muy significativos. Fue de la tierra de ese lugar que D-os creó al primer hombre, Adán, y donde trajo su primer sacrificio. Fue ahí donde Noaj ofrendó sacrificios luego del Diluvio. Fue en ese preciso lugar que Abraham llevó a su hijo, Itzjak, para la Akeidá. Es el epicentro del contacto entre D-os y Su creación.
2. El Even Hashtiá o Piedra Fundacional del universo se encontraba en el recinto más sagrado del Templo, el Kódesh Hakodashim. Es el punto de partida del cual el mundo entero salió.
3. La altura del terreno. El terreno sobre el cual el Beit Hamikdash fue construido se encuentra a unos 11 mts. por debajo del punto más alto de Jerusalén. ¿Por qué no fue construido en el punto más alto? He aquí dos razones.
I) El agua del Beit Hamikdash provenía de un manantial, denominado Ein Eitam, que se encontraba en la cima de Jerusalén. Hacía falta construir el Beit Hamikdash en un punto inferior para que el agua pudiera llegar en forma natural;
II) El Rey David eligió la ubicación inspirado por el versículo (Deut., 33:12) que hace referencia a D-os morando “entre los hombros” (del territorio de Benjamín), siendo la parte más linda del toro entre sus hombros, o sea no en el punto más alto (Vease Rashi, Deut. 33:12).
Los Utensilios
El Beit Hamikdash contenía una cantidad de utensilios que se utilizaban para realizar los diferentes servicios. Cada uno de ellos representa una dinámica específica en el hombre y su resonancia en el macrocosmos.
El Kior o pileta de cobre, de cuyas aguas los Kohanim purificaban sus manos y sus pies antes de iniciar sus tareas.
El Mizbeiaj Hajitzón o altar externo, ubicado igual que el Kior, en el patio del Beit Hamikdash sobre el cual se ofrendaban los sacrificios animales.
En el Heijal o sala interior se encontraban los siguientes tres elementos:
1. El Mizbeiaj Hapnimi o altar interior sobre el cual se ofrendaba, diariamente, el incienso.
2. La Menorá o candelabro dorado de siete brazos cuyas luces se prendía todos los días.
3. El Shuljan o mesa sobre la cual se exhibían los 12 “panes de rostro” que se elaboraban semanalmente.
Más adentro, en el Kódesh Hakodashim o “Sancta Sanctorum” se encontraba el Arón o arca en el cual se hallaban las tablas de la ley, tanto los pedazos del primer juego, roto por Moshé al bajar del Sinaí y ver el Becerro de Oro como el segundo juego que le fue entregado cuando D-os perdonó al pueblo judío. También se encontraban allí un Rollo de Torá escrito por Moshé, una jarra conteniendo una muestra del Maná y el bastón floreciente de Aharón.
La Pileta
En cuanto al Kior o pileta ritual hay una historia muy interesante. Cuando Moshé anunció que se necesitaba donaciones para construir el tabernáculo, las mujeres trajeron sus espejos de cobre pulido. Moshé no quiso aceptarlos, diciendo que no era apropiado construir una casa para D-os con elementos de vanidad. D-os intervino y le dijo que los aceptara ya que no eran símbolos de vanidad, sino de sacrificio personal. Si no fuera por esos espejos no habría pueblo judío. Durante los momentos más difíciles de la esclavitud egipcia, las mujeres, utilizaban sus espejos para embellecerse y coquetear con sus esposos, provocando de esta manera la continuidad del pueblo judío.
El Altar Exterior
Los sacrificios animales representan y conllevan a la sublimación del instinto animal. Hubo tres tipos de animales aptos para los sacrificios: toros, chivos y ovejas. Representan tres tipos de carácter: Agresividad, terqueza y pasividad. Cada uno debe “sacrificar” o sublimar su carácter e instinto natural, aprovechando su potencial especial para servir a D-os. De hecho la palabra Korbán, sacrificio, está relacionada etimológicamente con la palabra Kiruv, acercamiento. La idea es acercarse a Dos por medio de la sublimación del instinto animal personal.
El Altar del Incienso
El incienso representa una transformación personal aun más sublime y sutil, ya que su agradable aroma despierta y afecta más al espíritu que al cuerpo. De hecho la palabra Ketóret o incienso, está relacionada con la palabra aramea Ketirá o nudo. A diferencia del Korbán que inspira el acercamiento a D-os, el Ketóret apunta a unirnos con El.
La Menorá
Los siete brazos de la Menorá representan los siete tipos de judíos diferentes (reflejando las 7 sefirot). Todos los brazos debían salir de un mismo pedazo de oro y sus llamas debían estar en una misma altura. Esto nos enseña que todos, con nuestras diferencias, tenemos un lugar especial de igual importancia que cualquier otro integrante del pueblo. Todos podemos - y debemos - iluminar por igual.
Las ventanas del Templo
Cuando el Rey Salomón construyó el primer Templo, en vez de hacer las ventanas más estrechas hacia afuera y más amplias hacia adentro para que entre más luz, las hizo más estrechas hacia adentro y más amplias hacia fuera. Simboliza que el objetivo de las ventanas - de los puntos de contacto entre el templo y el mundo afuera - es permitir que la luz espiritual interior salga a iluminar al mundo y no al revés.
La Mesa del Pan
Cada semana se horneaba 12 panes, reflejando a las 12 tribus de Israel, para ser exhibidos sobre la mesa ubicada en el Heijal, junto a la Menorá y el altar del incienso. Al reponerse, fueron repartidos entre los Kohanim que estaban de turno. Representa el concepto de que el acto de comer es más que un acto biológico desvinculado de la conexión personal con D-os; hasta una actividad tan aparentemente mundano debe y puede ser utilizado para expresar el origen y propósito Divinos de la existencia.
Ojalá merezcamos muy pronto ver la construcción del tercer Beit Hamikdash.
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