Harás un muro a tu azotea para que no traigas culpa de sangre sobre tu casa si alguno se cayera de ella.
Deuteronomio 22: 8
A lo largo de la historia, las azoteas fueron un lugar que se utilizaba como depósito, para secar la producción o simplemente para pasar el rato. Pero también, eran un lugar peligroso. La Torá indica que debemos reducir ese peligro mediante la construcción de un cerco o baranda que tenga una altura mínima de 10 palmas (la medida de la palma de la mano) y que sea lo suficientemente robusta como para soportar el peso de un hombre adulto.
Las azoteas que no tengan ningún uso particular, como las de la mayoría de las casas modernas, no necesitan tener un cerco.
Este precepto se extiende más allá de las azoteas. Si la Torá nos indica que debemos cercar las azoteas peligrosas, también, debemos ocuparnos de otros peligros. Los sabios judíos nos dieron algunos ejemplos:
- Los porches y balcones, y no únicamente las azoteas, deben estar cercados y las escaleras deben tener barandas robustas.
- Los trabajadores del rubro de la construcción deben cubrir cualquier agujero que hayan dejado o taparlo con una barrera. Lo mismo se aplica a las piletas de natación.
- El equipo y los materiales peligrosos con los que se trabaja deben ser guardados de manera tal de que no representen ningún tipo de peligro.
- Lo ideal es no tener un perro que represente un peligro. Se considera que un perro es peligroso si su ladrido asusta a las personas. Si uno debe tener ese tipo de perro por alguna razón en particular, debe mantenerlo encadenado para que sea incapaz de lesionar o asustar a otras personas.
- Un padre tiene la obligación de enseñarle a sus hijos a nadar.
¿Es uno un peligro para sí mismo?
No has creado tu propia vida, así que ¿por qué deberías tener permiso para ponerla en peligro? Así, la mitzvá de reducir peligros también se aplica a cada uno de nosotros.
Algunos ejemplos de situaciones peligrosas:
- Abrirse camino a través de aguas que estén más altas que la cintura.
- Manejar un vehículo a alta velocidad.
- Atravesar un puente que no tenga estabilidad o caminar por debajo de una escalera bamboleante.
- Fumar. Dado que es considerado como un peligro para la salud, muchas autoridades halájicas contemporáneas consideran que hoy está prohibido fumar (y más aún en presencia de otros).
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