La porción de la Torá que leemos esta semana, nos enseña que cuando un judío comete un pecado sin querer, debe traer una ofrenda por ello para expiar por su violación.
¿Por qué debe hacer esto por un inocente error? Digamos, por ejemplo, que alguien enciende un fuego el sábado, sin recordar que era Shabat. Él no tenía intención de desobedecer la ley de Di-s, y no lo hubiera hecho si se habría acordado. ¿Por qué se considera su comportamiento pecaminoso y con la necesidad de expiación?
El origen del pecado
Recuerdo que cuando estaba en el colegio, mis compañeros venían a clase diciendo que se habían olvidado sus tareas. El maestro siempre quería saber por qué siempre se olvidaban de traer sus deberes y no sus pantalones. Siempre vamos más allá para asegurar que lo que es significativo para nosotros lo hacemos correctamente.
El compromiso genuino da lugar a la circunspección ante lo que elijamos hacer un día determinado. Lo verificamos dos o tres veces para asegurarnos de que todo está como tiene que ser. Por lo tanto, es lógico que el pecado involuntario sea el producto de la indiferencia casual. Claramente, la responsabilidad de ese pecado se encuentra con el pecador, y por eso él debe buscar la expiación.
Reflexión
El camino hacia la expiación incluye la reflexión en el significado infundido por la Mitzvá, y en el vacío dejado por el pecado.
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