En Iom Kipur el Alto Sacerdote entraba al Sagrado de los Sagrados para ofrecer incienso como un emisario de todo judío. Este servicio todavía existe en un sentido espiritual aún hoy, en el tiempo del exilio, ya que “ofrecemos la plegaria de nuestros labios en lugar del sacrificio de bueyes.” Por el contrario, en el tiempo del exilio, hay una superioridad especial adicional, pues todo judío es él mismo un “Alto Sacerdote”; él mismo entra al “Sagrado de los Sagrados” y “ofrece el incienso.”

(Sijat Erev Iom Hakipurim 5743)