Bsd.

''Si se mantiene distancia, la relación será mejor''. Esta frase es escu­chada usualmente por psicólogos y maestros de las comunicaciones in­terpersonales. Pero en realidad, la misma constituye un principio que se aplica en todas las cuestiones y ámbitos. Si uno quiere ser respetado, debe tomar distancia y respetar; si quiere ser escuchado, debe ''apartarse'' y es­cuchar; del mismo modo un maestro, si quiere influenciar en su educando y ''elevarlo'', debe mantenerse ''fuera'', por ''encima'' del alumno, de otra forma, no tendrá éxito en su misión.

En esta Sijá el Rebe nos enseña, a partir de las experiencias de vida de nuestro Patriarca Iaacov, qué actitud tomar para que, al mismo tiempo de estar inmerso en la realidad mundana materialista, la misma no nos absorba y limite, sino todo lo contrario, seamos capaces de elevarla. El secreto está en saber mantenerse ''fuera''.

A1

1. [Luego de que Iaacov formara su familia en Ur Casdím, en la casa de su suegro Laván, inició su retorno a la tierra de Canaan. No bien ingresó dentro de sus fronteras pensó en una estrategia, cómo abordar el encuentro con su hermano Eisav].

Sobre el versículo [que describe el mensaje que Iaacov envió a Eisav]: "Con Laván viví (gárti)"2, Rashi comenta: "La palabra gárti/tiene el mismo valor numérico que la palabra tariág/(= 613) implicando que 'pese a haber vivido con el malvado de Laván, he observado las 613 mitzvot [y no aprendí de sus actos]'".

[Visto a simple vista,] esto despierta una serie de interrogantes:

1) ¿Cuál es la relación entre la interpretación midráshica de "he observado las [613] tariág (término que se forma con las mismas letras que gárti.

2) mitzvot" y el sentido literal (pshat)3 de la palabra gárti que se deriva de guer ("extranjero", "ajeno") [describiendo de ese modo la estadía de Iaacov, como un forastero, en la casa de Laván]?

2) ¿Con qué propósito informó Iaacov a Eisav que había observado las 613 mitzvot?

3) ¿Qué enseñanza nos brinda este pasaje de la Torá?

2. [La explicación del tema es la siguiente:]

[Laván es el paradigma de la codicia y la insolencia; para él no existían códigos ético-morales, todo valía. En ese contexto, el mensaje de Iaacov a Eisav,] "con Laván viví/", significaba que Iaacov consideraba todos los aspectos de Laván –es decir, todos los elementos físicos de "toro, burro, ganado, esclavos y sirvientas"4 [de los que se ocupó mientras trabajaba para Laván y que finalmente también adquirió para la manutención de su propia familia] no más que gárti – como cosas ajenas y extrañas a él. Estos no constituyeron, [de manera alguna,] su verdadero ser.

Su [prioridad y] ocupación [primordial, es decir aquello que para él era] "hogareño", [aquello en lo que se "instalaron" sus fuerzas interiores,] era el alma y las cuestiones de Torá y mitzvot. Todos los asuntos materiales no fueron [considerados por Iaacov] más que [pasajeros, como alguien que se relaciona con estas cosas "de paso", sin "meterse" en ellas, o sea, al estilo de] guerút (como la estadía [pasajera] de un forastero).

A este estilo de vida se refiere más adelante la Sección Semanal, cuando expresa que "construyó para sí una casa, y para su ganado hizo cabañas"5: "Para sí", es decir, para su esencia –[su verdadero ser:] el alma y todo lo que se relaciona con ella– construyó una casa, un sitio de residencia permanente; pero "para su ganado", para los objetos materiales que son meramente adquiridos y secundarios –y por ende externos a su ser interior– hizo cabañas, moradas transitorias. (Pues el alma propiamente dicha, y especialmente en el estado en que ésta se encuentra en lo Alto [es decir, antes de descender e investirse en un cuerpo físico], no precisa "ganado". De hecho, no tiene punto de contacto alguno con ello; sólo cuando desciende a este mundo físico "adquiere" objetos materiales).

El Rebe [anterior], mi suegro, citó cierta vez una máxima del Maguíd (Predicador) de Mezritch6: "¡En la propia casa es diferente!" [Esta máxima enriquece el tema que nos ocupa, pues] en la propia casa la persona lo necesita todo, [quiere que siempre esté llena de lo mejor]. Sin embargo, [cuando uno se encuentra] en el camino, no importa si la morada no es bella [ni tan cómoda,] y si los muebles no son tan bellos, pues, después de todo, se está en el camino, [de paso].

Ahora podemos comprender la relación que hay entre el sentido literal del versículo y su interpretación midráshica: Dado que "con Laván gárti/" –es decir, en vista de que para Iaacov todas las cuestiones materiales eran vistas como algo ajeno, extraño a su persona– éstas, en consecuencia, no perturbaron ni confundieron su vida espiritual, pudiendo [no obstante elas] observar [con tranquilidad] las "613 (tariág) mitzvot".

3. Es más: Al relacionarse con las cuestiones materiales a modo de guerút –como algo foráneo [y lejano] a uno, la materia no sólo no interfiere con [la vida de] el espíritu sino que la dimensión espiritual se proyecta incluso sobre la materia, [y penetra en ella] al grado de transformar lo físico en espíritu y santidad.

[En base a lo antedicho,] éste sería el significado [profundo] de las palabras con que continúa el versículo: "Tuve (li/ – lit.: "fue para mí") toro y burro, ganado, esclavos y sirvientas"7. [Iaacov le está diciendo:] Todas estas cosas pasaron a ser para mí; es decir, se volvieron subordinadas a mi principal y verdadera esencia, [el espíritu de Iaacov].

4. El Midrash8 Sobre el [recién citado] versículo –"Tuve toro y burro, ganado, esclavos y sirvientas"–, dice que "Jamor ('burro') alude al Rey Mashíaj, sobre el que se ha dicho [que se presentará como un] "hombre pobre, montando un burro..." 9.

La llegada del Mashíaj depende de la avodá de birurím10. O sea, las manifestaciones [Divinas características] de la futura Era Mesiánica se proyectarán gracias y merced al servicio a Di-s mediante el cual cada judío se esfuerza por refinar su cuerpo y Alma Animal y [elevar] su porción en este mundo11, al ponerlos al servicio de propósitos sagrados.

La secuencia de los versículos alude a este concepto: "Con Laván gárti... y tuve toro y burro...". Por causa de que Iaacov consideraba las cuestiones materiales como algo ajeno a sí mismo –guerút– y las utilizaba como vehículos para la Divinidad, ésta moraba [manifiestamente] en ellas. Así, el término gárti es interpretado en su sentido literal, como una referencia a que lo Divino moró (vivió) en lo físico; y por haberse dedicado a este tipo de servicio, él ya estaba listo y preparado para el Mashíaj: "Tuve... jamor – que se refiere al Rey Mashiaj"12.

[De esta explicación entendemos que] a ello se debe que [Iaacov] enviara mensajeros a Eisav informándole que él ya había completado todos sus propios birurim y estaba listo para recibir al Mashíaj. El creía que también Eisav había completado los suyos13, y que la Redención podía ser posible incluso de parte de Eisav.

Sin embargo, los mensajeros le trajeron como respuesta: "Fuimos a lo de tu hermano, a Eisav"14, [expresando que] "En lo que a ti respecta, él ya es 'tu hermano', tú ya estás listo para la redención; pero él mismo, por su parte, todavía sigue siendo Eisav, aún está antes del birur, por lo que la redención aún no es posible".

5. La Torá y sus enseñanzas son eternas y relevantes a cada judío en todos los tiempos y lugares. La lección [para cada uno de nosotros] que surge de lo antedicho es la siguiente:

Cada judío debe saber que pese a que su entorno, el mundo, a duras penas está listo para la Redención –pues todavía no se ha purificado y refinado–, él, de su parte, debe prepararse no obstante a sí mismo, junto con todo lo que le pertenece –"ganado, esclavos y sirvientas"– para la completa Redención.

Esta preparación se lleva a cabo mediante [el servicio a Di-s a modo de] "Con Laván gárti", reconociendo que todo lo que concierne al mundo material no es más que gárti – "Yo soy un forastero (guer) en la tierra"15.

Todos los años de vida de la persona –"setenta, y si con vigor ochenta"16, o bien "sus días serán ciento veinte años"17– no son más que gárti, una travesía pasajera, como un extranjero en la tierra. Desde esta perspectiva, lo físico no entra en conflicto con lo espiritual. De hecho, la consecuencia de una actitud tal resultará en tener "toro y burro, ganado, esclavos y sirvientas", prosperidad incluso en el plano terrenal.

A prepararse a sí mismo y a todos sus asuntos para la Redención, el judío afecta de un modo positivo al mundo [entero]. Dado que el mundo está en perfecto equilibrio [entre el bien y el mal] 18, [apenas] una [única] buena acción de su parte inclinará la balanza [para el bien] en favor de todo el mundo, y traerá redención al mundo entero.

Así lo establece Maimónides como legislación19: "Cuando Israel (el pueblo judío) haga teshuvá (retorne a Di-s), será redimidos miád (de inmediato)"; y el Alter Rebe añade: téikef umiád (ya mismo) 20. De esta manera, la conclusión es que –independientemente de la situación mundial– uno puede, por medio de teshuvá, causar su propia redención personal así como la Redención global del mundo entero.

6. Todo lo que sucede es por Divina Providencia. La liberación del Alter Rebe [de la prisión zarista] y la del jasidismo [que en consecuencia ésta significó,] el día Iud-Tet [19 de] Kislev del año 5559 [1798], tuvo lugar en la semana siguiente a aquella en que se leyó la Sección de Vaishláj que contiene la mencionada lección21.

El Jasidut, [la profunda sección místico-filosófica de la Torá,] concede a cada persona las fuerzas necesarias para no desalentarse ante la deplorable condición espiritual reinante en el mundo que lo rodea y, a cambio, le permite experimentar personalmente la avodá de "Con Laván viví (gárti)" y alcanzar el estado de [estar listo para recibir al Mashíaj, tal como lo estuvo Iaacov, quien dijo:] "Tuve... jamor – el rey Mashíaj".

El Jasidismo [y su estudio] es la preparación y el medio [óptimos] para la manifestación [de Divinidad que se producirá con la venida] del Mashíaj. Pues, al dar cumplimiento a [la instrucción que el propio Mashíaj diera al Baal Shem Tov, de que el hecho de que] "tus manantiales se expandan hacia afuera"22 hará que "venga el Mashíaj"; [que sea] pronto, en nuestros días.