Estimados lectores:

Este Shabat es conocido como Shabat Shuva, el Shabat del retorno, de la Teshuvá.

Tendemos a traducir Teshuvá como arrepentimiento, reflexionar sobre los errores que hicimos durante el año.

Pero Teshuvá no es solo eso. Cada uno de nosotros tiene una partícula divina en su interior, tenemos un alma que no es egoísta, que es parte de Di-s.

En el año nos dejamos llevar por las necesidades del cuerpo, por los deseos físicos, buscamos placeres y eso oculta y tapa nuestro interior.

Teshuvá es reconectarnos con esa chispa de nuestro ser que no piensa solo en lo material, que tiene la capacidad de elevarse hasta el infinito, que trasciende todo lo creado. Todos podemos volver a ese lugar no importa en la situación en la que estemos ni lo que hayamos hecho.

Este Shabat es particularmente propicio para reflexionar sobre ese hermoso regalo que todos tenemos de ser hijos queridos de Hashem. El jasidismo nos enseña que la teshuvá no debe ser amarga y depresiva, por el contrario, es un momento de gran alegría saber que siempre podemos volver a casa si lo deseamos.

¡Shabat Shalom!

Rabino Eli Levy