¿Qué es lo que estamos haciendo aquí exactamente? Sin duda, ésta es una de las preguntas más formuladas por la mente humana a través de todas las épocas. Todo tipo de respuestas han sido sugeridas por generaciones de filósofos, místicos y chóferes de taxi.

El fundador del movimiento jasídico, Rabí Israel Baal Shem Tov, ha ofrecido la siguiente respuesta:

Di-s transforma la espiritualidad en materia; el judío transforma lo físico en espiritual.

En otros términos, el universo se originó como un concepto en la Mente Divina, que Di-s procedió a transformar en un mundo físico. Nuestra tarea y papel es tomar este mundo físico y retransformarlo en una idea Divina.

Esto explica las numerosas referencias al hombre en las escrituras de los Sabios como "el socio de Di-s en la creación". Ser un "socio" implica una igualdad que parece muy difícil de justificar en este caso: ¡Cualquier cosa que logremos en este mundo, difícilmente puede compararse con la monumental realidad de que Alguien ha hecho la cosa primero! Pero si vamos con la fórmula del Baal Shem Tov, tenemos de hecho, una correspondencia de roles: a) transformar la espiritualidad en algo físico; b) transformar lo físico en espiritualidad.

De hecho, el Talmud demanda que el nuestro, es el logro mayor. Darle forma física a un concepto espiritual no es una tarea pequeña, pero transformar un pedazo de madera, piedra o carne en una idea espiritual es, por lejos, el esfuerzo más difícil (vea Ketubot 5 a en Taanit 5 a. el Talmud ilustra este punto con una historia sobre una pata de una mesa dorada hurtada del Cielo).

¿Qué es lo que hacemos nosotros exactamente? Hacemos las mitzvot. Hacer una mitzvá significa tomar un recurso u objeto físico en particular y usarlo para realizar una acción ordenada por Di-s. Una mitzvá anuncia al mundo: "El universo no es una masa de materia, sino luz Divina. Éstas no son 'cosas'— son deseos Divinos".

Entonces, nos preguntamos: ¿La vida se trata de estar efectuando anuncios? De hecho, así es. Porque cuando la materia bruta comienza a hacer anuncios —cuando comienza a transmitir algo, a expresar algo Divino —deja de ser materia bruta. Se vuelve espíritu. Cada mitzvá anuncia esta verdad al mundo; cada mitzvá transforma la materia en espíritu. Pero hay una mitzvá que el Talmud singulariza como el epítome de nuestra "sociedad con Di-s en la Creación": la mitzvá de observar el Shabat.

Observar el Shabat significa que durante siete días semanales nuestras vidas articulan la historia de la Creación. Di-s creó al mundo en seis días y descansó en el séptimo; cuando el judío aplica sus energías creativas al mundo en seis días y descansa en el séptimo, se vuelve la encarnación misma de la involucración continua de Di-s con Su creación. Proclama, con su boca al recitar el kidush, y con cada órgano, miembro y facultad que trabaja durante los primeros seis días de la semana y descansa en Shabat: "Di-s no hizo un mundo y lo dejó a la deriva, no es un montón de materia que flota a través del espacio. La obra de la Creación —la Suya y la nuestra —es perpetua. Continúa sin detenerse, semana tras semana. A cada instante, Di-s condensa espíritu en materia. Y en cada momento, cada segundo, destilamos materia en espíritu."

En Sinai, las 613 mitzvot estaban sintetizadas en los Diez Mandamientos inscriptos en Las Tablas de la Ley" —cinco en la primera piedra y cinco en la segunda. ¿Por qué en dos tablas? El Midrash explica que esto es para dar énfasis a que el Quinto Mandamiento es una extensión del primero, el sexto es reflejo del segundo, y así sucesivamente. Así que el Noveno Mandamiento, "No darás falso testimonio contra tu compañero", es el correlativo al Cuarto Mandamiento: "Recuerda el día de Shabat para santificarlo". En las palabras del Midrash:

Esto quiere decir que quien viola el Shabat testifica ante Quién habló e hizo el mundo, que Él no creó su mundo en seis días y no descansó en el séptimo; y aquel que guarda el Shabat testifica ante Quién hizo al mundo con Su palabra que Él creó Su mundo en seis días y descansó en el séptimo. Como está escrito (Isaías 43:10): "Ustedes son Mis testigos, dice Hashem".