Mientras me preparaba para Pésaj en las últimas semanas, haciendo preguntas sobre cómo kasherizar una cocina y viendo listas de productos kasher para Pésaj, en realidad mi cabeza estaba en otra parte.

Intentaba darme cuenta cómo Pésaj encajaba realmente en mi vida. El último año ha sido un verdadero viaje de introspección: me he enfrentado al hecho de que soy un adicto y he comenzado a trabajar los 12 pasos de recuperación, con la esperanza de lograr liberarme de mi enfermedad y tener una conexión más cercana con mi poder superior, Di-s.

Me di cuenta de que mi viaje personal refleja fielmente los quince pasos que damos en el Séder: quince pasos para liberarnos de nuestras limitaciones y acercarnos a nuestra relación con Di-s. Y me doy cuenta que cuando entro a Pésaj necesito internalizar los pasos del Séder, usando las herramientas y lecciones que he aprendido en la recuperación, para que pueda alcanzar la verdadera libertad, porque el mensaje de Pésaj y el proceso de recuperación están intrínsecamente entrelazados.

1. Kadesh: hacemos kidush, santificando la festividad al introducir a Di-s en ella. Necesito darme cuenta, cada segundo de cada día, que Di-s gobierna el mundo. Él me ha creado y ha escogido mis luchas por mí. Por difíciles e insuperables que parezcan ser esos problemas, Él está conmigo mientras los atravieso, está a mi lado para ayudarme. Necesito invitarlo a entrar, confiar en Él y entregarme a Él. Si veo mi vida, mis luchas y mis éxitos como dados por Di-s, tengo el poder, también dado por Di-s, para tener éxito en los desafíos puestos en mi camino y alcanzar mayores alturas

2. Urejatz: nos lavamos las manos sin recitar la bendición. La vida está llena de suciedad que se nos adhiere y que necesita ser lavada. Cuando hay algún disgusto entre otro y yo, limpio mi lado de la calle y solo me enfoco en lo que yo he hecho mal. No exijo que la otra persona limpie su lado o que se disculpe. Eso depende de ella. Me quedo callado y me preocupo por lo que yo he hecho.

3. Karpas: sumergimos una verdura en agua salada. Nosotros, los adictos, usamos nuestra adicción elegida para asegurarnos de no experimentar la amargura. Bebemos, fumamos, nos drogamos, comemos, etc. para mantenernos “felices” y mitigar la amargura de la vida. En Pésaj nos sumergimos en agua “salada”, en lágrimas, en emoción, en resentimientos para enfrentarlos, procesarlos y dejar de adormecernos. Solo al pasar por este paso del proceso podremos realmente superar nuestra amargura.

4. Iájatz: partimos la matzá del medio. En recuperación aprendemos a romper nuestros egos. Tengo que darme cuenta de que no puedo hacer esto solo. Me entrego a Di-s e invito Su ayuda en mi viaje. Sigo sus directrices. Mi ego me ha metido en este mal espacio; Su dirección me sacará.

5. Maguid: contamos la historia de la salida de Egipto, Mitzraim, que comparte la misma raíz que la palabra meitzarim, limitaciones. La única forma en que puedo recuperarme es compartiendo mi historia, mis luchas, con mi tutor. El comparte las herramientas que ha utilizado para ayudarlo a recuperarse, por lo que su historia se convierte en mi guía y su aprendizaje en mi aprendizaje. Así como revivimos la historia de nuestros antepasados que se liberaron, al escuchar las historias de mi tutor y otros compañeros adictos, me inspiro a cambiar para que yo también pueda avanzar y experimentar la libertad.

6. Rajtzá: nos lavamos las manos nuevamente, esta vez recitamos la bendición de Al netilat iadaim. Cuando me limpio mirando profundamente en mi interior y haciendo un inventario de mis defectos de carácter, le hablo a Di-s y le pido que me ayude a eliminar mis defectos para que pueda ser la mejor versión de mí mismo y estar al servicio de los demás.

7. Motzí: decimos la bendición Hamotzí léjem min haaretz sobre la matzá. Antes de comer, doy gracias a Di-s por la comida que tengo delante. Me vuelvo consciente de la bendición que está delante de mí.

8. Matzá: comemos la matzá, el pastel humilde. Nos damos cuenta que somos impotentes, que no podemos lograr nada por nuestra cuenta. Necesitamos a Di-s. Necesitamos Su dirección. Prosperamos haciendo lo que Él quiere.

9. Maror: comemos hierbas amargas. Nos damos cuenta de que tendremos momentos amargos donde volveremos a cometer errores, donde caeremos, donde nuestro lado de la calle no estará limpio, pero luego…

10. Korej: comemos el sándwich de matzá y maror. Así como un sándwich tiene algo dentro, cuando nos caemos, miramos profundamente dentro, vemos cómo llegamos a patinar y lo arreglamos de inmediato. No esperamos a que se infecte y crezca.

11. Shulján Orej: comemos la comida festiva. Disfrutamos de nuestro nuevo yo en recuperación. Disfrutamos los frutos de nuestro esfuerzo a medida que la vida se vuelve cada vez más manejable y alegre.

12. Tzafún: comemos el afikomán, el último trozo de matzá. Comemos el pan humilde otra vez. Nos damos cuenta de que estamos a un segundo de distancia, en todo momento, del ego, de dejar fuera a Di-s. Así que nos aseguramos de estar constantemente comiendo el pan humilde una y otra vez, trabajando los pasos, haciendo lo que Di-s quiere, para no caer en el ego y recaer.

13. Beiraj: recitamos la Bendición Después de la Comida. Nos aseguramos de expresar aquello por lo que estamos agradecidos para que no perdamos de vista el regalo de la recuperación que Di-s Pésaj nos ha otorgado.

14. Halel: cantamos alabanzas a Di-s. Oramos y meditamos diariamente, agradeciéndole por nuestra recuperación y afirmando que estamos aquí para llevar a cabo Su voluntad.

15. Nirtzá: ¡El próximo año en Jerusalem! El próximo año estaremos en un espacio de total libertad para todos. Ayudaremos a otros que están sufriendo para que ellos también puedan experimentar una vida de libertad, recuperación y redención. Y al ayudarlos, alcanzamos nuestra propia libertad y redención definitivas.

Que no tengamos que esperar al próximo año. Que sea este año. Un Pésaj de verdadera libertad y recuperación.