Ya era pasada la medianoche de la primera noche de Pesaj, cuando el gran Maestro Jasídico, Rabi Leivi Itzjak de Berdichev había concluido el Seder en presencia de sus discípulos. Habían recitado la Hagadá, y discutido significados más profundos de los acontecimientos. Tomaron las cuatro copas de vino, sumergieron el Karpás en agua con sal y la hierba amarga en el Jaroset, habían comido la Matzá, el Korej, el Aficomán, y cantado los Salmos de alabanza y gratitud, todo de acuerdo al Shuljan Aruj.
Los discípulos de Rabi Leivi Itzjak ya habían sido partícipes de varios Sedarim del Rebe en el pasado, pero éste los había sorprendido a todos. El Rebe y todos los presentes se habían sentido transportados a un mundo diferente, como si se hubieran elevado de sus cuerpos y limitaciones hacia un mundo de Divinidad pura.
De pronto, el cuarto se llenó de un sonido profundo como el de un relámpago, y de allí una voz anunció: “El Seder de Leivi Itzjak ha sido agradable para Di-s, pero hay un judío en Berdichev, llamado Shmerl el sastre, cuyo Seder ha llegado incluso más alto”.
El Rebe miró a su alrededor. Era obvio que sólo el había escuchado el anuncio. “¿Alguien ha escuchado sobre un Tzadik llamado Shmerl el sastre?” preguntó a sus Jasidim.
Nadie había escuchado sobre el.
Luego de varios minutos de silencio, uno de los Jasidim más ancianos dijo: “Hay un Shmerl el Berdichev que conozco, y solía ser un sastre hace treinta años, pero seguro que no es Tzadik. De hecho, está bastante lejos de serlo. Lo llaman ahora “Shmerl el Shiker (borracho)”, y vive con su esposa en el borde de la ciudad”.
Pero Rabi Leivi Itzjak pensaba para adentro: “¡Aha!, este debe ser uno de los Tzadikim escondidos, y vive acá en Berdichev, mientras que yo no se nada de el”.
Eran las dos de la mañana cuando el Rebe se paró en la puerta de viejo cuchitril de Shmerl.
Una anciana mujer contestó sus suaves golpes: “Gut Iom Tov”, dijo Rabi Leivi Itzjak. “Gut Iom Tov”, le respondió. “Espera unos minutos Rebe por favor”.
Desapareció dentro de la casa, y se pudo escuchar el ruido de una jarra de agua siendo llenada. Luego de unos minutos de silencio, se puedo escuchar un “Splash”. Le había tirado el agua a su esposo que estaba durmiendo.
“¡Ahhh, Oyyy! ¿En dónde estoy?” gritó. Su esposa gritando le dijo: “Levántate de tu borrachera, el Rebe ha venido a castigarte. Shmerl se levantó y cuando vio que realmente estaba el Rebe parado allí, se le tiró a sus pies y comenzó a llorar: “Por favor Rebe, no me castigue. No es mi culpa…por favor, tenga misericordia”.
El Rebe estaba completamente asombrado de la escena. ¿Era posible que el Seder de este hombre haya sido más elevado que el suyo?
Se agachó, levantó al pobre Shmerl de sus pies y le dijo: “Escucha Shmerl, no he venido a castigarte. De hecho, no sé de lo que hablas. Por favor, déjame pasar y hablemos. Sólo quiero preguntarte algo, ve y póntete una camisa seca y hablemos”.
Minutos mas tarde, se sentaron en la pequeña mesa de Shmerl. El Rebe lo miró amablemente y dijo: “Escucha Shmerl. Quiero que me digas cómo has hecho el Seder la noche pasada. No te preocupes, prometo que no voy a castigarte”.
“¡Oy!, exclamó Shmerl, y comenzó a llorar nuevamente. ¡Mi Seder…!
Calmándose de a poco, comenzó a hablar. “Temprano esta mañana, que es…la mañana de ayer, estaba caminando por la calle, cuando de pronto me doy cuenta que hay gente corriendo. Uno con la escoba sobre sus hombros, otro cargando una caja, etc, todos excepto yo.
“Entonces detengo a alguien que conocía y le pregunté: “¿Por qué estan todos corriendo? ¿A dónde están yendo? El me responde: “Oy Shmerl, ¿estás tan borracho que te has olvidado que hoy en Pesaj?¿Te acuerdas lo que es Pesaj?
Intenté pensar, pero mi mente no funcionaba. Pesaj, Pesaj…no puedo acordarme. Suena algo muy importante, recuerdo algo sobre Matzot, y Egipto. ¡Por favor!, le rogué al hombre, hazme el favor de decirme que es”
“El hombre me miró de una forma extraña y dijo: “Escucha Shmerl, hoy a la noche tienes que hacer un Seder, tu sabes, recitar la Hagada, comer las tres Matzot, la hierbas amargas, las cuatro copas de vino…Disfrutarás del vino Shmerl, dijo con una triste sonrisa, pero creo que no vas a disfrutar abstenerte de la vodka por ocho días…”
“¡Ocho días?!”, lloré. ¿Por qué no puedo tomar por ocho días?. Estaba temblando y comencé a recordar un poco.
“Porqué esa es la ley” respondió. “Por ocho días, si eres un judío, nada de Jametz puede pasar por tus labios. Vodka es Jametz. Si no puedes contenerte por ocho días, quizás vete a Israel” dijo riéndose. “Allí no se puede Jametz sólo siete días..”
“Estaba sorprendido. Sin vodka por ocho días… Corrí hasta mi casa, tomé todo el dinero que tenía, compré una botella grande de vodka, la serví en ocho copas grandes, y me las tomé, esperando de que eso me ayudaría para poder cumplir con la festividad.
“La otra cosa que recuerdo es que estaba durmiendo en mi cama cuando de repente mi esposa me tira una jarra de agua, y comienza a gritarme: “Shmerl, todos los judíos en el mundo están haciendo el Seder y tu estás acostado y borracho. Levántate y hagamos el Seder”.
“Entonces me levanto, me pongo ropas secas y me siento en la hermosa mesa preparada. Las velas brillaban y todo estaba nuevo y limpio. Me sentí tan diferente, casi sagrado. El vino y las Matzot estaban en la mesa, y la Hagada abierta frente a mi. Mi esposa estaba sentada en su lugar como una reina, y hasta estaba sonriendo. Todo era muy hermoso.
“Pero luego, miré a mi alrededor y no sabía qué hacer. La vodka todavía daba vueltas en mi cabeza, pero para ser honesto Rebe, ni siquiera sabía cómo hacer un Seder.
“Agarré un recipiente grande, y puse todo allí. Las tres Matzot, las hierbas amargas, el plato con Jarozet, todas las pequeñas cosas que mi esposa había preparado y las cuatro copas de vino, y lo mezclé todo junto.
“Luego levanté el recipiente y comencé a hablarle a Di-s, diciéndole: “Escucha Di-s, no te conozco, pero Tu sí me conoces a mi. Sabes que luego de que hayan matado a mi padre he tenido que trabajar todo el tiempo y no he tenido la oportunidad de estudiar, ¿verdad? Por lo que no sé cómo se lee este libro, de hecho, ¡no puedo leer nada! No se cómo se supone que debo hacer todo esto. Pero hay algo que sí se…de que hace mucho tiempo Tu has enviado a Moisés para que nos sacara de Egipto, y estoy seguro de que enviarás al Moshiaj para que nos saque de nuestros problemas ahora!”
“Luego me tragué todo”.
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