La maestra preguntó a sus alumnos que les gustaría ser cuando sean grandes...Un coro de respuestas llegó de todos los rincones del aula: "jugador de fútbol", "doctor", "astronauta", "Presidente","bombero", "profesor", "piloto de carrera".
Todos contestaron excepto Ariel. La maestra notó que estaba sentado, quieto y reservado. Entonces le preguntó directamente, qué vas a ser cuando seas grande?", a lo que Ariel respondió: "posible".-"¿Posible?" preguntó la maestra. "Sí" – dijo Ariel, - "mi mamá siempre me está diciendo que soy imposible. Por eso, cuando sea grande, quiero ser posible ".
En nuestra larga carrera de padres, podemos despertar una mañana y descubrir que también tenemos un "Ariel" en nuestras manos, un niño imposible.
La frustración y la cólera que sentimos puede llevarnos a tomar una decisión fuerte: "Ya es bastante", "Esto ya no se puede tolerar", " las cosas deben cambiar de ahora en adelante"
¿Qué sucede generalmente después de que los padres toman una decisión y enumeran al niño diez o veinte cosas en las que debe cambiar?
Cada movimiento del niño comienza a ser criticado, empiezan los castigos, e inmediatamente tenemos una guerra en nuestras manos.
El niño no sabe qué sucedió y porqué sus padres cambiaron del día a la noche. Acaso están utilizando la medicina incorrecta, piensan.
La frustración llega a ser mucho más fuerte pues ningún no se materializa cambio alguno, y un sentimiento de desánimo viene desde adentro.
Los padres olvidan las medidas por un tiempo hasta que una mañana despiertan y repiten el proceso nuevamente
El "no poder planear está planeando fallar." Una situación como esta requiere el planeamiento cuidadoso de los padres (y de otros miembros de la familia implicados).
Tenemos que comprender que nuestro "Ariel" no se transformará de la noche a la mañana en el pequeño ideal que deseamos convertir. No existen los cambios drásticos.
El niño y los padres tienen que "des-aprender" muchos comportamientos del pasado que ya no serán aceptables. Las malas noticias son que el proceso es largo. Las buenas noticias son que esos comportamientos pueden ser des-aprendidos y dar lugar a las nuevas conductas, si esto se hace de la manera correcta.
Una sugerencia puede ser la siguiente:
1) Los padres anotaran todo que deseen cambiar en el comportamiento de su niño.
2) Entonces decidirán cuál es el comportamiento más importante y más "insoportable" en el cual desean trabajar.
3) Luego resolverán la estrategia a seguir para realizar el cambio en un comportamiento particular.
4) Tomaran una decisión muy firme y fuerte para hacer caso omiso al resto de los comportamientos negativos.
5) Comenzaran a felicitar y reforzar los comportamientos positivos cuando sucedan.
6) "Lo qué es elogiado, vuelve a repetirse "... por lo que un nuevo patrón de comportamiento se fijará lenta pero seguramente dentro de él.
7) Una vez que el nuevo comportamiento se aprende, es practicado y se convierte en parte del repertorio de comportamiento positivo, podemos repetimos el proceso, eligiendo la siguiente conducta de la lista.
Los padres encontrarán, para su sorpresa - que no haciendo caso al resto de los malos comportamientos y encarando solamente de a uno – han ido desapareciendo algunos de los artículos en la lista de conductas indeseables y que la lista es más corta de lo que pensaron originalmente.
Debemos recordar siempre que "un buen amigo es alguien que se olvida de su pasado, cree en su futuro y acepta su manera de ser hoy.
"¡Inténtelo - funciona!
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