Escuché esta historia de mi maestro, el mashpia (mentor jasídico) Rabino Mendel Futerfas de bendita memoria.

Cuando Rab Mendel tenía cinco años y aprendía Torá en un jeder en Rusia, sucedió que uno de los chicos se olvidó de traer su tintero y le pidió al compañero de al lado que le dejara usar su tinta. "No", contestó el último. "No, no tengo suficiente; debiste haber traído de tu casa". Así que el primer muchacho tuvo que preguntarle a alguien más.

El maestro notó esto y no dijo nada, pero media hora después le preguntó al segundo muchacho si podía mostrarle a la clase una alef, una bet y una guimel (primeras tres letras del alfabeto hebreo). "Claro", le contestó el niño mientras apuntaba a uno de sus libros. "Ésta es una alef, ésta una bet y ésta una guimel".

"No," dijo el maestro. "Estas equivocado."

El muchacho estaba desconcertado. "¡Pero maestro..." dijo, "esto es lo que usted nos enseñó… esto es lo que hemos estado leyendo durante los últimos dos años!".

"No", repitió el maestro. "Estás equivocado".

"Alef es: Cuando tu amigo te pide tinta, tu se la das".

"Bet es: Cuando tu amigo te pide tinta, tu se la das".

"Guimel es: Cuando tu amigo te pide tinta, tu se la das".