Moshe reúne al pueblo de Israel y les reitera el mandato de observar el Shabat. Luego les transmite el mandato Divino de construir el Mishkán (Tabernáculo).
El pueblo dona los materiales requeridos en abundancia, trayendo oro, plata, cobre, lana teñida de colores azul, púrpura y rojo, pelo de cabra, lino, pieles de animales, madera, aceite de oliva, hierbas y piedras preciosas. Moshe se ve forzado a pedirles que dejen de traer.
Un grupo de artesanos de “corazones sabios” construyen el Mishkán y sus utensilios (como es detallado en las secciones de la Torá anteriores de Trumá, Tetzavé y Ki Tisá): tres capas de cobertura en forma de techo; 48 paneles recubiertos de oro para las paredes, 100 bases de plata para el fundamento; el Parojet (cortina) que separa entre los dos cuartos internos del Santuario y la Masaj (pantalla) que va en el frente; el Arca y su cobertura con los Querubím; la Mesa y el Pan de Rostros; la Menorá de siete brazos con su aceite especialmente preparado; el Altar de Oro y el incienso en él quemado; el Aceite de Unción; el Altar Externo para las ofrendas quemadas y todos sus utensilios; las cortinas, postes y bases para el Patio; y el Kior para el lavado ritual, junto a su pedestal, hecho de espejos de cobre.
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