"La persona debe beber en Purim" dice el Talmud, "hasta no poder diferenciar entre 'el malvado Haman' y 'el bendito Mordejai'"

Hay diferentes tipos de alegría. Existe "la alegría de Mitzvá", al judío se le ordena "servir a Di-s con alegría " (Salmos 100:2). Una Mitzvá realizada con alegría es mejor, más profunda, más viva, que una Mitzvá realizada mecánicamente. Esta alegría, sin embargo, no es un fin en sí mismo, sino es parte de realzar una Mitzvá.

Otro tipo de alegría judía es Mitzvá en si misma "Regocíjense en sus festividades" (Deuteronomio 16:15). Aquí, la alegría no es un accesorio a otro precepto. La Mitzvá en sí misma es regocijarse.

Pero el hecho de que el regocijo deba ser ordenado indica que esta no es la máxima expresión de alegría. Una mayor alegría es la que el rey Salomón dice "el buen corazón siempre está de fiesta" (Proverbios 15:15), describiendo la alegría como estado de ánimo más que como una actividad. Esta es la alegría experimentada en el mes de Adar—según las palabras del Talmud, "cuando comienza Adar, hay que aumentar la alegría". Quién se encuentra conectado con el calendario judío espontáneamente se regocija al comenzar el mes de la alegría.

No obstante, es una alegría consciente, y el hecho de que una persona sea conciente de su regocijo indica que su alegría es un estado asumido más que una condición intrínseca. La cumbre de la alegría se logra en Purim, cuando el judío celebra "hasta que no sabe." ¡Tan profunda es la alegría de Purim que permea el alma del judío, a punto de que el mismo no sabe que esta regocijándose!