El jueves, el mundo vio con horror cómo los cuerpos de Oded Lifshitz, Kfir y Ariel Bibas fueron exhibidos por Hamas entre multitudes que los abucheaban, antes de que finalmente, fueran devueltos a nuestra casa, a Israel. (Según las Fuerzas de Defensa de Israel, el cuarto cuerpo no es el de Shiri Bibas, sino una persona cuya identidad se desconoce). Desde la masacre del 7 de octubre, nuestros corazones se han roto en incontables ocasiones y hoy están destrozados una vez más. La familia Bibas, con sus adorables hijos pelirrojos, se instaló en nuestros corazones y mentes. Rezamos por ellos, estábamos preocupados por ellos, no podíamos dejar de pensar en estos niños pequeños y su madre en los túneles de Gaza.

Y ahora, nuestros corazones están con Yarden, su padre, quien regresó de Gaza hace poco tiempo.

Querido Yarden,

Las palabras nos faltan.

Queremos compartir vuestro gran dolor, decir algo que te alivie, pero sabemos que no podemos.

Si pudiéramos, te daríamos un abrazo y te diríamos: “Yarden, eres nuestro querido hermano. Te amaremos por siempre. Tu esposa, Shiri, es nuestra hermana, tus hijos, Kfir y Ariel, son nuestros hijos. Los amaremos por siempre”.

Durante el último año y medio, nunca dejamos de pensar en ti y en tu familia, de tener esperanzas y de orar por ellos. Seguiremos orando por ti y seguiremos recordando y honrando a las almas santas de tu familia. Ten en cuenta que cientos de miles de personas en todo el mundo hicieron mitzvot por ti y por tu familia, y nosotros seguiremos haciéndolo.

Las almas de tu querida familia seguirán brillando.

Cuando las palabras nos fallan, recurrimos al texto tradicional que los judíos han repetido durante generaciones:

“Que el Omnipresente te consuele entre todos los dolientes de Sión y Jerusalén”.

El equipo de Chabad.org

Estimados lectores, comunidad internacional de Jabad.org :

Comparte tus condolencias para las familias Bibas y Lifshitz, recordando a sus seres queridos, por quienes todos nos preocupamos y nos encariñamos. Deja tu mensaje para ellos más abajo, comparta sus palabras de consuelo y realiza una mitzvá en su memoria.