En su éxodo de Egipto, camino al Monte Sinaí, el Pueblo Judío se encontró con un obstáculo: el Mar Rojo.

Se formaron cuatro grupos:

Uno estaba dispuesto a luchar contra el ejército egipcio que se acercaba.

Otro quería entregarse y volver a Egipto.

Otro proponía el suicidio masivo.

El último comenzó a rezar.

D-os le habló a Moshé (Moisés) y le dijo: — ¿Por qué clamas a Mí? ¡Yo impartí instrucciones de marchar directo hacia delante. Sigan y verán que no hay obstáculos!

El Pueblo Judío siguió adelante y el obstáculo se transformó en milagro.