Estimados lectores:
Esta semana leemos el mandato: “Kedoshim Tihu”, “Sean santos”. Pero, ¿cómo se vive una vida de santidad?
En hebreo, kedushá significa “separación”. El verbo lekadesh implica apartar algo de su uso común para convertirlo en algo exclusivo, especial.
Rashi explica que esta santidad comienza con el alejamiento de relaciones sexuales prohibidas, pero el resto de la parashá habla de cosas aparentemente sencillas y terrenales: pagar a los empleados a tiempo, ser honestos, preocuparse por los popes, respetar a los padres, entre otras.
Frecuentemente me escriben personas interesadas en estudiar Cábala o en buscar un sentido espiritual para sus vidas. La respuesta, muchas veces, está en esta parashá.
¿Estás buscando santidad? ¿Quieres una vida más espiritual y conectada con la divinidad?
Empieza por lo más básico. Refina aquellas acciones que parecen insignificantes o terrenales. En ese trabajo cotidiano, en no ceder al primer impulso egoísta, allí es donde reside la verdadera santidad.
La santidad no está en el cielo, ni en los ángeles, ni siquiera en los lipos místicos de la Cábala. Está en cómo nos separamos de nuestros impulsos más bajos y mundanos para elegir el bien.
¡Shabat Shalom!
Rabino Eli Levy
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