Srta…

Boston, Massachusetts

Bendición y Saludo:

Me escribe que no siempre encuentra las respuestas correctas a las preguntas que le formulan en varias cuestiones relacionadas con el judaísmo. Demás está decirlo, no debería sentirse desalentada por ello, por cuanto aún eruditos veteranos, comprometidos con el estudio de la Torá por muchos, muchos años, no siempre pueden responder todas las preguntas. Esto no sorprende, en vista que el ser humano es un ser creado y no es posible que pueda entender la sabiduría del Creador. Sin embargo, aún cuando uno no conoce todas las respuestas, eso no tiene que afectar en lo más mínimo, D-os libre, su adherencia a la Torá y observancia de las mitzvot.

Si examina la cuestión más cuidadosamente, se dará cuenta de que la mayor parte de quienes la desafían con preguntas no están realmente interesados en la verdad; solo buscan justificación para sí mismos y su conducta, tanto a los ojos de otros así como también en los propios. Su conciencia los perturba por haber abandonado el modo de vida de sus ancestros a lo largo de generaciones, muchos de los cuales realmente entregaron sus vidas por el judaísmo, mientras ellos mismos han canjeado apresurada e indiferentemente sus obligaciones y tesoros espirituales por las comodidades materiales de la vida.

No coincido con usted en que uno debería exponerse a un ambiente no judío a fin de probar sus convicciones religiosas y fortaleza espiritual. Por el contrario, todo judío, aún el tzadik (justo) más grande, reza todos los días al comienzo del día: "No me traigas a manos de la tentación"1. Es sólo cuando D-os mismo pone a uno a prueba, que hay que mantenerse firme y demostrar ser digno.

En cuanto a las discusiones y polémicas, estas pueden ser más la jurisdicción de los rabinos, pero los legos deberían evitar cosas tales salvo donde resultan absolutamente necesarias.

Ud., por supuesto, tiene mucha razón cuando declara que es imposible hacer concesiones en cuestiones de Torá y mitzvot (¿cómo es posible hacer una concesión en una cuestión de verdad, recibida del D-os de la Verdad?). Dondequiera hay una "concesión" permisible, como en el caso de pasar por alto las restricciones del Shabat a fin de salvar una vida, ésta no es una concesión en absoluto, sino un verdadero din (ley de la Torá), tan válido como todas las demás leyes de Torat Emet (la Torá de la Verdad). La misma norma, para citar otro ejemplo, requiere que el estricto ayuno de Iom Kipur sea suspendido si pusiera en peligro la vida de la persona. Ésta es la bien conocida ley de la Torá de pikúaj néfesh (riesgo mortal) que se impone a todas las demás leyes en una emergencia que pone en riesgo la vida2.

Con bendición,

M. Schneerson

1 Plegaria matutina.

2 Véase Shulján Aruj, Oraj Jaím, Cap. 328.