Era oriundo de Babilonia, la ciudad de Kapri y descendiente de la familia de Shimi, hermano de rey David. Aún joven emigró a Eretz Israel y estudió en la Ieshivá de Rabí Iehuda Hanasí en la ciudad de Zipori. Con el tiempo engrandeció en conocimiento de la Torá y de discípulo llegó a ser colega de estudio de Rabí Iehuda Hanasí. Gozaba de la estima general y Rabí Iehuda Hanasí decía sobre él: "Grandes son los hechos de Rabí Hiía". Al mismo tiempo que era un gran sabio de la Torá, se ocupaba de negocios.

Rabí Hiía es el autor de la 'Tosefta', una recopilación de leyes que no fueron incluídas en la obra de la Mishná de Rabí Iehuda Hanasí. Rabí Hiía dedicó toda su vida a enseñar la Torá a los niños de Israel, viajaba constantemente a aquellos poblados en los cuales no existían profesores, a fin de enseñar la Ley.

El Talmud nos relata de qué forma organizaba Rabí Hiía sus actividades: sembraba lino, con el cual formaba redes. En las redes cazaba ciervos, los degollaba, distribuía su carne a huérfanos y del cuero hacía pergaminos en los cuales escribía los cinco libros de la Torá.

En cada población en que no existían profesores, tomaba a cinco niños y enseñaba un libro de la Torá a cada uno. A su vez cada alumno bien preparado tomaba a su cargo otros cinco niños de su población y les enseñaba la Torá. Así la Torá fue propagada a todo Israel.

Rabí Hiía murió después de Rabí Iehudá Hanasí y fue enterrado en Galilea. Conociendo su santidad todo el pueblo venía a rogar ante su tumba.