Es el precepto con el cual se nos ordenó cesar (el trabajo) en Shabat, y es lo que El dijo: Y en el séptimo día descansarás.

La ordenanza de este precepto fue repetida ya (en la Torá) varias veces, y nos explicó El, exaltado sea, que este cese del trabajo constituye un imperativo que recae sobre nosotros, nuestros animales y nuestros esclavos.

Las disposiciones que rigen a este precepto han sido explicadas ya en el Tratado (Talmúdico) de Shabat, y también en el Tratado (Talmúdico) de Iom Tov.