No todas las plegarias se hallan en el sidur. Desear bien a alguien es realmente una plegaria para que Di-s conceda ese deseo, y ésa es una plegaria tan válida como cualquier parte formal de la liturgia.

El Talmud dice: "No tomes ligeramente la bendición de un hombre común" (Berajot 7a).

Uno de los propósitos de la plegaria es que el hombre entre en una relación más estrecha con Di-s. Desear el bien a otra persona es un modo de acercarse más a Di-s. El Baal Shem Tov dijo que amar a otra persona es el camino real para amar a Di-s.

El Talmud declara, "Si una persona orara todo el día" (Berajot 21a). Nosotros ciertamente podemos ocuparnos en la plegaria durante gran parte del día: "¡Que Di-s te bendiga!" "Zei gezunt (¡Que estés bien!)" "Guei gezunderheit (¡Ve en buena salud!)" "¡Mazel tov! ¡Que tengas muchos Najat!" (alegría de los niños).

Todas éstas y otras más son plegarias. Sin embargo, lo esencial de la plegaria es que sea con kavaná (concentración). Que nuestros buenos deseos sean sinceros y significativos.

Entonces estaremos orando gran parte del día.

Que seas inscripto y sellado para un buen año (Saludo en la Víspera de Rosh HaShaná).

Como dijimos antes, los saludos pueden ser plegarias. Cuando deseamos a alguien bien, estamos esencialmente orando para que Di-s lo bendiga con todo lo que es bueno.

Durante el curso del año, cuando estamos preocupados con nuestros asuntos de negocios o actividades sociales, podemos tornarnos muy competitivos y creer que podemos ganar provecho o prestigio haciendo valer nuestros derechos...

En la Víspera de Rosh HaShaná, cuando estamos parados en juicio ante Di-s, la verdad puede hacernos caer en la cuenta que no es nuestra afirmación la que nos traerá riquezas o fama, y sólo aquello que Di-s decrete ocurrirá. Nosotros podemos entonces abandonar nuestra competitividad, y relacionarnos con nuestros semejantes con compasión y bondad. Nuestros saludos pueden entonces ser sinceros y constituir una plegaria.