Mientras que las primeras obras éticas abogan por varias clases de auto privación como penitencia por los pecados, los maestros jasídicos no ponen el énfasis en estas prácticas.

A pesar que ellos mismos se entregaron al ayuno, disuadieron a sus seguidores. En cambio enfatizaron el arrepentimiento sincero por haber actuado mal y el firme compromiso de no repetir el error.

Rabí Shlomó de Karlin, al explicar por qué es desalentada la auto flagelación, dijo "No comprendo que es lo que se supone que se logra. Si uno no se arrepiente sinceramente de su pecado y no tiene la determinación de no volver a repetirlo, ¿qué tienen de bueno el ayuno y otras penitencias? Por el otro lado, si uno se ha arrepentido sinceramente de sus errores y ha hecho el compromiso adecuado de no repetirlos, ¿qué necesidad hay de algo más?"

En estos días de teshuvá de Elul, debemos darnos cuenta que la teshuvá no es tan complicada como parece. Toda persona debe comprometerse a vivir apropiadamente, que es la esencia de la teshuvá. Uno puede aproximarse al Nuevo Año con una pizarra limpia, con la certeza de que ha sido perdonado, y así aun los días solemnes de Rosh HaShaná y Iom Kipur pueden ser recibidos con una actitud de simjá.