En estos días Hashem (Di-s), se acerca a nosotros para escuchar con cariño nuestros pedidos y ayudarnos a ser mejores personas. Sólo debemos aprovechar este tiempo especial, los días del mes de Elul.
El mes de Elul es el último de los meses del año hebreo. De ahí que sea considerado un mes de balance y autoexaminación. Es la época en que el judío reconsidera sus acciones de todo el año, toma conciencia de las faltas que hubiera cometido y decide, enérgicamente, no reincidir en ellas.
Nuestros Sabios nos cuentan que una las causas que ocasionó la destrucción de nuestro Beit Hamikdash -Templo de Jerusalem- fue que los judíos se comportasen de acuerdo a la Torá...
Durante el mes de Elul se acostumbra hacer sonar el shofar, mientras que en Rosh Hashaná es un mandamiento de la Torá. El Maguid de Dubno relató la siguiente parábola para explicar el significado del shofar como arma de defensa para el pueblo judío y Rabí Saadia Gaón explica que el hecho de hacerlo sonar representa diez elementos simbólicos.
Este salmo ha sido incluido en el Sidur como una plegaria especial que se dice dos veces diarias en el mes de Elul y la mayor parte de Tishrei (hasta Sheminí Atzeret). Este salmo expresa una intensa fe en Di-s como así también un ferviente deseo de estar con Di-s y experimentar la alegría de estar cerca de Él.
Se me ha dicho que en el mes de Elul, se supone que debemos hacer un jeshbonhanefesh —"una contabilidad del alma". A pesar que tengo una licenciatura en matemáticas, aun no puedo imaginármela...
El mes de Elul ya está aquí junto a nosotros: un momento de reflexión interna y de tomar decisiones positivas para el año entrante. Muchas veces, este proceso va acompañado de un “dilema ético”: ¿acaso es hipócrita decidir hacer una mitzvá en particular cuando la persona sigue siendo un individuo absolutamente no espiritual?