Un presidente tiene cuatro años entre elecciones, un miembro del congreso necesita renovar su mandato cada dos años, mientras que los dictadores permanecen a cargo mientras puedan mantener a sus generales felices (o aterrorizados). Pero Di-s se presenta para la reelección todos los años.
Cada Rosh Hashaná, coronamos como rey a Di-s. Según los Cabalistas, sin esta coronación anual (efectuada por nuestra resolución de someternos a la soberanía divina, nuestra recitación de los “versos de reinado” incluidos en los rezos especiales del día, y a través de hacer sonar del shofar), el “reinado” de Di-s no sería renovado, y toda la creación - que deriva del deseo divino de ser rey - dejaría de existir.
(Generalmente no pensamos que los reyes requieran de elecciones para gobernar, pero eso es porque la palabra “rey” es una traducción algo imprecisa de la palabra hebrea melej. El melej, por definición, es un soberano que su reinado deriva del libre deseo del pueblo de elegir un gobernante a quien someterse. Un rey que reina por la fuerza o el terror no es melej sino simplemente un moshel, “gobernante” o “dictador”.)
¿Cómo se prepara Di-s para su reelección anual? ¿Se queda en su “palacio” confiando en nuestro buen sentido de proclamarlo nuevamente rey? ¿O va en busca de voto, mezclándose entre las masas, entre apretones de manos, besando bebés? Así es como Rabi Schneur Zalman de Liadi (1745-1812), describe el mes de Elul - el mes que precede a la coronación divina en Rosh Hashaná:
Es como un rey que, antes de que él entre a la ciudad, la gente de la ciudad sale a saludarlo al campo. Allí, le permiten a quien lo desea conocerlo; él recibe a todos con una cara alegre y les demuestra una cara sonriente. Y cuando entra a la ciudad, lo siguen. Más adelante, sin embargo, después de que él entre en su palacio real, ninguno puede entrar en su presencia excepto con una cita, y solamente la gente especial e individuos preseleccionados. Así pues, también, por analogía, en el mes de Elul es cuando nos reunimos con Di-s en el campo… (Likutei Torá, Ree 32b; vea también Likutei Sijot, vol. II P. 632 FF.)
Mientras que esta descripción tiene una cierta semejanza con un político en campaña en una democracia moderna, hay, por supuesto, algunas diferencias significativas. Por ejemplo, el hecho de que una promesa de campaña de Di-s sea satisfecha es más probable que la de un típico político en campaña.
Cuando entramos en el mes de Elul. El rey está en el campo; si usted necesita algo de él, ahora es el momento de pedir.
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