Sea Tu voluntad, Señor nuestro Di-s, que Tú inaugures para nosotros un año bueno y dulce (plegaria en la víspera de Rosh Hashaná).
Esta plegaria es tradicionalmente dicha en la víspera de Rosh Hashaná cuando comemos una manzana sumergida en miel, la cual simboliza la dulzura por la cual oramos.
¿Por qué el simbolismo de miel?
En la plegaria nosotros pedimos por un año "bueno y dulce". Pedir simplemente por un año "bueno" no es suficiente porque sabemos que muchas cosas que son penosas para nosotros, son realmente bendiciones encubiertas, de ahí que "bueno" pueda ser también doloroso. Por tanto, especificamos "bueno y dulce", una clase de bien que puede ser fácilmente apreciado.
"Bueno" puede ser entendido intelectualmente, pero "dulce" es una experiencia de los sentidos la cual aún un niño pequeño puede apreciar. Nosotros pedimos a Di-s por bondad simple, la dulce clase de bien que puede ser apreciada por todos, antes que aquella que es entendida sólo por personas de profunda fe. "Danos simple bien, dulce como miel".
Di-s se relaciona con nosotros como nosotros nos relacionamos con El. Si aceptamos Su palabra con simple, incuestionable fe, entonces El responderá con bien simple, sin complicaciones. Si complicamos la fe, aceptando sólo aquello que podemos captar intelectualmente, entonces Di-s puede darnos la clase de "bien" que requiere gran esfuerzo intelectual para aceptar.
El origen del hombre es polvo, y él regresa al polvo. Con su alma provee para su pan (liturgia de Rosh HaShaná).
Un hombre mayor estaba orando estas solemnes palabras, e inundaba su libro de oraciones con lágrimas.
"¿Por qué estás llorando?" Preguntó un joven.
"Porque la tragedia de la vida está descripta en esta plegaria" dijo él. "¿Cuál es el destino del hombre sino regresar al polvo?".
"No veo nada trágico en esto" dijo el joven. "Si el origen del hombre fuera oro y se convirtiera en polvo, eso sería trágico. Mas si él comienza como polvo y regresa al polvo, y en el medio tiene la oportunidad de decir Lejaim, ¡esa es pura ganancia!"
Bromas aparte, si uno invierte una suma de dinero, y la suma de dinero es regresada, más una ganancia, ésa sería considerada una inversión exitosa.
Aún si las experiencias de la vida son duras, no deberíamos considerar nunca nuestras vidas como fracasos. Comenzamos como polvo, y regresaremos al polvo. Y en el medio tenemos la oportunidad de lograr valiosas mitzvot.
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