No es fácil separarse del mes de Tishrei, tan rico en festividades y Mitzvot. Cuesta desconectarse de la atmósfera de elevación de las fiestas y retornar a los grises días de la rutina. ¡Qué hermoso fue ver a todo el pueblo de Israel durante Rosh HaShaná, Iom Kipur, Sucot y Simjat Torá.
Mas en realidad es ahora que comienza la verdadera labor. La época de las festividades es sólo la preparación y el adiestramiento para el auténtico desafío: traer fe, unión, alegría y amor a la Torá al diario vivir.
UN CARGAMENTO PODEROSO
Si miramos hacia atrás veremos que salimos al camino plenos de contenido y de vivencias espirituales variadas.
De Rosh HaShaná nos llevamos la recepción del yugo Divino. En este día todos nos paramos frente a Di-s, tocamos el Shofar y coronamos nuevamente sobre nosotros al Todopoderoso.
En Iom Kipur dejamos al descubierto la fibra más íntima que se esconde dentro nuestro. Revelamos que todos somos iehudim plenos de fe y amor a Di-s. Todos sentimos que somos Sus hijos.
La festividad de Sucot nos otorgó la oportunidad de comprender más profundamente a las diferentes partes del pueblo judío.
Entendimos que no existen judíos que valgan más que otros. Comprobamos que sin la Aravá (sauce) no tienen sentido el Etrog, el Lulav y el Hadás. Nos es más fácil entender acerca de la unión de Israel.
Finalmente llegó Simjat Torá. El maravilloso día en el que todos bailamos con la Torá. Eruditos, iletrados, personas honorables, gente sencilla. Nos alegramos de tener la Torá y manifestamos el amor que sentimos hacia el extraordinario obsequio que Di-s nos dio.
Con todo este enorme cargamento volvemos a lo profano, para que lo transformemos en sagrado. Por eso es importante salir al camino con "provisiones" de buenas decisiones, la resolución de comportarnos diferente y mejor este año.
Debemos prepararnos para la llegada del Mashíaj, que hará su entrada muy pronto en nuestros días!!!.
Extraído de www.jabad.org.ar
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