Estimados lectores:
El tercer versículo de nuestra Parashá es muy llamativo, tengo ganas de analizarlo:
“Toda persona debe respetar a su madre y a su padre, y cumplir Mis Shabatot. Yo soy Dios su Señor”.
Menciona tres elementos que no parecen tener conexión entre sí.
1. Respetar a los padres.
2. Cumplir Shabat.
3. Tener presente a Di-s
Rashi comenta, el versículo une el respeto a los padres con el Shabat para enseñarnos que, si los padres nos ordenan profanar el Shabat o cualquier otro precepto, debemos tener presente que tanto ellos como nosotros debemos escuchar a Di-s, entonces el mandamiento divino tiene prioridad al paterno.
En otros casos, cuando los padres no están en contra del shabat o del cumplimiento de la Torá, pero el hijo empieza a conectarse más con la religión, empieza a cumplir shabat y las demás mitzvot, se puede llegar a sentir superior y pensar: “ya no le debó respeto a mis padres, ellos no cumplen tanto como yo” ahí también viene el versículo y nos dice, tanto el shabat como el respeto a los padres son mandamientos de Hashem, incluso cuando no creemos que lo merezcan, debemos hacerlo porque es un mandato de Hashem. Si nuestro cumplimiento de Torá y mitzvot nos hacen más soberbios, lo estamos haciendo por orgullo personal no para conectar con Hashem.
Po último, cuando tenemos la suerte que nuestros padres nos educaron en el camino de Torá y nos enseñaron a cumplir el Shabat, podemos pensar “cumplo Shabat porque así me dijo mi padre, porque es mi tradición familiar” debemos cumplir las mitzvot no solo porque es parte de nuestra tradición familiar, sino porque es el camino para llegar a Hashem y debemos buscar nuestra forma personal de conectarnos con los preceptos.
El mismo versículo se puede leer de distintas posiciones. Que seamos meritorios de cumplir estas grandes mitzvot mencionadas en nuestra parashá, dando satisfacciones a nuestros padres y a Hashem.
¡Shabat Shalom!
Rabino Eli Levy