Cuando a Sara le llegaron las noticias que Isaac estuvo a punto de ser sacrificado, el impacto de su pérdida cercana junto con el alivio de su salvación, fue demasiado de soportar para ella, y falleció. Abraham compró la Cueva de Majpelá y el campo circundante a los Hititas locales para enterrarla en Hebrón.
Destino Judío
תְּנוּ לִי אֲחֻזַּת קֶבֶר עִמָּכֶם וגו': (בראשית כג:ד)
[Abraham le dijo a los Hititas] “Permítanme [comprar] un lugar de entierro entre ustedes” Genesis 23:4

La Cueva de Majpelá es el lugar donde están enterrados Adán y Eva, los primeros seres humanos; y como tal, originalmente le pertenecía a toda la humanidad. Al comprarla, Abraham expresó la intención de Di-s que la misión dada originalmente a la humanidad como un todo ahora pasara al pueblo judío. Al aceptar esta tarea, esencialmente el pueblo judío se estaba separando del resto de la humanidad y asumiendo el rol de sus guías espirituales. Es nuestro desafío reconocer este destino también hoy.1