Respuesta corta:

El judaísmo no prohíbe la homosexualidad, sino los actos homosexuales. La homosexualidad es un término demasiado general y vago que se usa para referirse a una plétora de manifestaciones y causas muy diversas. Está más que claro que según la Biblia una familia se forma en base a una pareja compuesta de un hombre y una mujer.

El judaísmo no condena solamente la relación sexual entre miembros del mismo género; la prohíbe en cualquier manifestación que no sea dentro de la pareja heterosexual casada. O sea, la postura del judaísmo ante la expresión sexual no es discriminatoria, sino exclusiva.

Creo que es una perspectiva del tema que mucha gente ignora. Reconozco que para muchos este concepto es difícil de poner en práctica, pero no es un desafío sólo de los homosexuales; hay muchos heterosexuales que les cuesta controlar sus instintos y canalizarlos como Dios manda...

Respuesta larga:

Hay que distinguir entre individuos homosexuales y actos homosexuales.

El judaísmo acepta al individuo con tendencias homosexuales como miembro pleno del pueblo judío con derechos plenos. Esto no quiere decir que pueda hacer lo que se le antoje.

La Torá prohibe expresamente dar expresión física a deseos homosexuales, tanto de índole masculina como femenina. Lo considera una abominación (Levítico 18:22). El hecho que uno nazca con determinada tendencia no lo transforma en una alternativa de vida válida. Lo que sí implica es que tiene un desafío y una misión especial. Para el judío es la Torá la que define cuales tendencias son válidas y cuales no. El hombre fue creado con el poder procreativo con el objetivo de usarlo para poblar la tierra. Es su deber primario. Desviar ese potencial y usarlo sólo para el placer personal atenta contra la naturaleza humana innata de dejar descendencia, ni hablar que va en contra del diseño Divino.

La Torá no prohibe querer viajar en Shabat - la Torá prohibe viajar en Shabat.

Cuando hablo de los derechos iguales que tienen los 'homosexuales', me refiero a los derechos que tienen a que la sociedad los ayude a superar sus tendencias e incorporarse en la comunidad de una manera productiva y plena, del mismo modo que la sociedad debe ayudar a cualquier persona que padece de limitaciones y desafíos especiales.

Si uno nace con tendencias depresivas, ¿acaso se le ocurriría a alguien decir que hay que dejarle dar expresión a sus depresión? 'Dejá que salte de la puente, ya que nació con esa tendencia... Es un estilo de vida alternativa...'

La prohibición de la Torá de dar expresión a la homosexualidad se puede ver también no como una condena y discriminación, sino como una mano fuerte de apoyo y de estímulo para la persona que tiene tendencias homosexuales, diciéndole que si realmente quiere, puede lograr superarla y canalizar su sexualidad de una manera productiva, equilibrada y sana.

El hecho que la Torá lo prohibe implica que es posible dominar y canalizarla, aunque parezca difícil. La Torá no fue entregada a los ángeles, sino a los hombres con todas sus debilidades y deficiencias.

Lo que distingue al hombre del animal es que el animal está dominado por su instinto mientras que el hombre lo domina, canaliza y sublima.

Para reflexionar:

1. ¿Cómo se ayuda a un homosexual a superar a su naturaleza? La manera práctica de ayudar a un 'homosexual' es un desafío para los expertos en comportamiento humano. Una vez que lleguen a la conclusión que dar expresión práctica a la homosexualidad no es una alternativa válida y que se puede y debe ayudar a modificar, ya encontrarán la manera de lograrlo.

2. ¿Quién define la línea que separa entre la homosexualidad y la heterosexualidad? ¿Es blanco y negro?

Lo antedicho es nada más que una breve introducción al tema. Es un tema muy complejo, y por lo visto muy candente. Requiere una dedicación profunda y seria por parte de los líderes religiosos y los profesionales en temas de comportamiento humano para encontrar caminos aplicables para quienes necesitan ayuda.


Charla del Rabino Shemtov sobre el tema