Pirkei Avot Capítulo 4:1

"¿Quien es rico? Aquel que está contento con su suerte, pues fue dicho: Cuando comes del esfuerzo de tus manos, dichoso eres y bien será contigo".

¿Esto significa que sólo los carpinteros y estibadores pueden probar el sabor de la fortuna y la dicha? ¿Acaso el Salmista recomienda a todos los empresarios, abogados y profesores universitarios abandonar sus oficinas, aulas y "comer del esfuerzo de sus manos"?

La Mishná simplemente dice: "¿Quién es rico? -aquel que está contento con su suerte" agregando luego el pasaje de los Salmos. Obviamente, el concepto de ganarse la vida con el "esfuerzo de las manos"es aplicable a cada individuo, independientemente de su ocupación.

En Génesis 28, la Torá nos describe el viaje de Iaakov desde la Tierra de Israel a Jarán. Al anochecer, "tomó piedras del lugar y las colocó alrededor de su cabeza" para protegerla mientras dormía. Pero si Iaakov estaba preocupado por las bestias, ¿por qué resguardó sólo su cabeza, exponiendo todo su cuerpo al peligro circundante?

Lo cierto es que la Torá nos está hablando de otro tipo de protección que erigió nuestro patriarca, una más profunda e interna. El sabía que dejaba detrás su vida como "hombre íntegro que habitaba las tiendas del estudio de la Torá", dirigiéndose a un mundo pleno de canibalismo comercial y material. Después de décadas de permanecer apartado estudiando en la Tierra Santa, debía pasar veinte años en compañía del corrupto y manipulador Labán, para poder constituir una familia y conseguir lo necesario para mantenerla.

Durante ese tiempo trabajó tenazmente, hasta llegar a ser "extraordinariamente exitoso". De todas formas sólo destinó su "cuerpo", su "ser exterior", para estos necesarios pero yermos aspectos de la vida, preservando celosamente su "cabeza", lo más íntimo de su mente y talentos, para los temas más sublimes y sagrados.

Después de estar veinte años en la jungla de Jarán, Iaakov podía mirar hacia atrás y observar su fortuna amasada con genialidad y habilidad y referirse a ella como "el esfuerzo-solamente- de mis manos". La cabeza y el fuero íntimo quedaron intactos en el ámbito del espíritu.

Si deseas ser realmente rico, la Mishná te recomienda usar para los temas materiales, sólo "el esfuerzo de tus manos", los elementos más externos de tus talentos y personalidad, reservando el "esfuerzo de la cabeza" para los asuntos más elevados de la vida. Guarda lo mejor de tu mente, corazón y ser, para ganar verdadera sabiduría, servir a tu Creador y cumplir tu misión en la vida, a través de observar Sus preceptos. Entonces siempre estarás feliz con tu destino, y serás verdaderamente rico.

(Beyond the letter of the law, basado en las charlas del Rebe de Lubavitch)