Hay cuatro tipos entre los hombres: El que dice: "Lo mío es tuyo y lo tuyo es mío" es un ignorante. [El que dice] "Lo mío es mío y lo tuyo es tuyo" -es una característica intermedia; y algunos dicen que es la característica [de la gente] de Sodoma; el que dice: "Lo mío es tuyo y lo tuyo es tuyo" es un Jasid (persona piadosa, benévola); el que dice: "Lo mío es mío y lo tuyo es mío" es un malvado.

La Mishná nos describe cuatro tipos de relación entre el hombre y su dinero. No se refiere exclusivamente a la visión frente a la caridad, sino a un aspecto más abarcativo: ¿Cómo se comporta el individuo con sus pares? ¿Hasta dónde está interesado en que sus compañeros tengan provecho de su persona y de sus bienes?

"Lo Mío es Tuyo y lo Tuyo es Mío"

Él está interesado en que su compañero, cada vez que necesite, se le acerque y tenga provecho de sus pertenencias. De esta manera, cuando le sea necesario, tendrá quién lo ayude y esté a su lado. Esta persona desea comportarse con su compañero cual socios, que dan y reciben uno del otro, sin miramientos. Este es un buen camino para alguien que es "ignorante" pues no sabe que existe un camino más elevado; dar sin esperar nada a cambio.

"Lo Mío es Mío y lo Tuyo es Tuyo"

Nos referimos a una persona que no desea tener provecho del otro ni que lo obtengan de él. Sobre ella existen dos clasificaciones y se refieren a dos situaciones distintas: quien redacta la Mishná nos habla de alguien que no desea causar una pérdida y tampoco sufrirla.

Su característica es pues, intermedia. Sin embargo, algunos dicen que en realidad se trata de una persona que evita ayudar al prójimo, aunque al hacerlo no sufra ninguna pérdida, por eso interpretan su actitud como de Sodoma. ¿Por qué justamente lo llama de esta forma? El trasfondo de la conducta de los hombres de Sodoma era el individualismo absoluto y por ende el aislamiento del semejante.

No dar y no recibir. Esta actitud deriva de la sensación de "auto-perfección y autosuficiencia". No cree que le falte algo y está seguro de que su compañero no es mejor que él. Por eso se priva de recibir e incluso de influir sobre el prójimo.