"Hay cuatro tipos de enfoques: Fácilmente irascible y fácilmente aplacable -su pérdida termina en ganancia; duro para enojarse y duro para aplacarse -su ganancia se convierte en pérdida; duro de enojarse y fácil de aplacar, es un Jasid; fácilmente irascible y duro de ser aplacado, es un malvado".

El Taná (quien enseñó la Mishná) adjudica estas características al intelecto de la persona. Según su madurez intelectual es su paciencia. (Midrash Shmuel)

El niño pequeño, que tiene su intelecto poco desarrollado, se enoja y encoleriza y hasta llora por pequeñeces, si contradicen su voluntad.

Esto sucede debido a que su juicio es pequeño aún. No puede dominarse, y no dejarse llevar por sus emociones. Por otro lado el adulto, que ya tiene desarrollado su intelecto, puede abarcar en su mente incluso elementos antagónicos a su voluntad. Debido a que domina sus emociones, no se enoja. En estos aspectos existen diferentes niveles, y quien incrementa su conocimiento es menos propenso a encolerizarse. (Likutei Torá)

Diferentes Caracteres

La Mishná nos habla de cuatro personas que en lo que hace a la conducta práctica actúan correctamente. Se alejan del enojo, y se apresuran a perdonar a quien peca en su contra. Pero Pirkei Avot son enseñanzas para los piadosos -Mili deJasiduta. Los adjetivos que le otorga la Mishná se refieren al carácter, no a la conducta. La diferencia entre ellos radica en la naturaleza de cada uno de ellos.

Malvado es llamado también quien lo es en su carácter, aunque no en su proceder- debe ocuparse y cambiar su naturaleza hasta convertirse en "duro de enojarse y fácil de aplacar"

Quien es "fácilmente irascible y fácil de aplacar" -debe saber que, aunque "su pérdida se convierte en ganancia", no debe contentarse con ello, sino corregirse y llegar a ser "duro de enojarse".

Y quien naturalmente se inclina a ser "duro de enojarse y difícil de aplacar" le conviene saber que aunque "su ganancia se convierte en pérdida" puede revertir totalmente su tendencia, hasta lograr que sea "fácil de aplacar".