Shmuel Hakatán dijo: "No te alboroces cuando tu enemigo cae, y en su tropiezo no permitas que tu corazón se alegre..." Pirkei Abot 4:19

Rabi Israel Baal Shem Tov, fundador del movimiento jasídico, enseñó: nada ocurre por casualidad, cada pequeño evento o experiencia en la vida de una persona está predeterminado por Di-s y tiene un propósito específico. Entonces, si alguien presencia la degradación de otro individuo, debe saber que, él también sufre de la misma falta que su compañero, de una forma u otra. Si no fuera así, ¿por qué la Divina Providencia lo hizo testigo de la caída de su compañero? Obviamente, para que abra sus ojos y se corrija.

Inclusive si se trata de un enemigo, y se justifica lo sucedido, y si su caída se produjo por su propio proceder - podría haber sucedido esto sin que uno lo advierta. Lo que has visto tú no tiene nada que ver con el otro: es un mensaje para ti, instándote a ocuparte de este mismo elemento negativo - que en una forma sutil - también existe dentro de ti.

Shmuel "el pequeño", vivió en una época en la que la comunidad judía se veía amenazada por difamadores inescrupulosos, cuyos ataques a la tradición del judaísmo de la Torá, debían ser respondidos con sutileza. De acuerdo al Talmud, es el autor del párrafo de la plegaria "Velamalshinim" (y para los delatores no habrá esperanza). De todas formas, sus exitosos esfuerzos para desbaratar a sus enemigos, sólo lo hicieron más humilde. Su gran sentimiento de nulidad interior le hizo ganar el título de Hakatán "el pequeño". La vida de Shmuel y su liderazgo, ejemplifican el modelo que refleja que cuanto más se triunfa sobre el mal, más se debe buscar dentro del propio corazón y alma en la más mínima expresión de eso que se combate, para erradicarlo de uno mismo.

(Beyond the letter of the law, basado en los comentarios del Rebe de Lubavitch)