CUERPO

Sirve otra copa de vino (#4). Sí, eres capaz.

Ahora sirve otra copa más y colócala en el medio de la mesa. Esta copa de vino no vas a beberla tú. Es para el Profeta Elías.

Envía algunos chicos a que abran la puerta. Recita las frases: “Derrama Tu ira…” de la Hagadá. ¡Mira! ¡Está por entrar el Profeta Elías! ¿No lo ves? Es por eso precisamente que necesitas otra copa de vino…

El profeta Elías viene a anunciar el inminente arribo del Éxodo final.

Esta es una noche de protección – la llamamos “Leil Shimurim”. Esta noche, no tenemos miedo de nada, porque nos sentimos seguros cuando Él nos transporta en Su mano suave y Sagrada. Abrimos la puerta en medio de la noche y demostramos esa confianza, esa profunda confianza de que no nos sucederá nada malo.

Esa primera noche de Pesaj en Egipto fuimos redimidos por el mérito de nuestra confianza en que Él nos redimiría. Esta noche seremos liberados de este Egipto del alma. Una vez más tenemos que demostrar nuestra confianza.

Ahora concluimos el Halel, los “Salmos de Alabanza” (la primera parte la dijimos al final del paso #5). Está todo ahí, en la Hagadá. Cántale a todo aquello para que lo que tengas una canción.

Al final, di una bendición y bebe el vino. Tienes razón: reclinándote. Pero trata de no caerte.

ALMA

Los ancianos rabinos nos dieron una pista acerca del principio clave que regula las funciones cósmicas: todo lo que Él nos manda hacer, Él Mismo lo hace. Por supuesto que hay una diferencia: nosotros lo hacemos en nuestro pequeño mundo humano. Él lo hace a un plano cósmico.

Él nos dijo que abriéramos la puerta en la noche de Pesaj. Por eso esta noche Él abre todas las puertas y todas las entradas del cosmos espiritual ante cada miembro del pueblo judío. Ante cada uno de nosotros, no importa lo que hayamos hecho el resto del año. Esta noche es nuestra oportunidad de alcanzar los más elevados niveles espirituales. La profecía, el espíritu divino, la sabiduría y el entendimiento -elija lo que quieras y da un gran salto. No hay nada que nos detenga.