Los psicólogos que estudian el tema de los sueños nos dicen que los últimos cinco minutos conscientes de cada día determinan aquello que soñaremos de noche. Y todos sabemos que la manera en que dormimos de noche determina, en gran medida, la forma en que funcionaremos al día siguiente.
Hay una razón muy buena para acostumbrarse a la rutina del “Shemá de ir a dormir”. Encuéntrala en tu libro de oraciones. Hazlo así:
Relájate.
No trates de hacerlo de prisa como hiciste hoy con el tránsito de la hora pico. Haz una pausa. Deja de lado todos los pensamientos enloquecedores del día que pasó. Vacía la mente.
Re-examina.
Deja que los momentos más destacados del día pasen por tu mente. Busca los destellos de belleza que viniste a buscar a este mundo. Descarta la basura, los enredos. La próxima vez lo harás bien.
Refresca.
Conviene que olvides todos esos embrollos. La mejor forma de lograrlo es olvidando los líos de los demás que te afectaron. Tal como solía decir el sabio talmúdico Rava: “A los que ignoran el impulso de ser exactos, se les ignoran todos sus pecados en el registro Celestial”.
Es por eso que antecedemos el “Shemá de ir a dormir” con un breve párrafo compuesto por el Rabí Isaac Luria, en el que declaramos nuestro perdón a todos los que puedan habernos ofendido.
Reenfócate.
Ahora –dice el Shemá Israel–, declarando que detrás de todo lo que ocurrió hoy hay un solo Di-s. Dilo con un intenso enfoque mental y de ese modo se te purificará el alma.
Arrepiéntete.
Piensa en la bondad de Di-s, que te permite empezar de nuevo cada día. Di la plegaria de Vidui (confesión) que viene después del Shemá. Acerca tu alma a Él y aléjala de todo lo que te ata.
Vuelve a confiarle…
Concluye el Shemá con la bendición Hamapil, en la que pides una noche tranquila confiándole tu alma a las fieles manos de Di-s y alabándolo por todo lo que presenciaste hoy, o sea, que Su gloria ilumina el mundo entero. Una vez que dijiste esa bendición, evita comer y beber hasta que te vuelvas a despertar.
¿Te cuesta quedarte dormido? Trata de decir, pensar o visualizar las palabras del Shemá.
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