¿Es verdad que el judaísmo tiene una postura discriminatoria para con el homosexual?
Veamos.
Para empezar, la Torá no habla ni de la tendencia homosexual ni de homosexuales; habla de actos homosexuales. Lo mismo ocurre con la mayoría de los preceptos. No se nos prohíbe querer viajar en Shabat; se nos prohíbe viajar en Shabat.
De hecho, no se nos prohíbe únicamente la relación sexual entre miembros del mismo género; la Torá la prohíbe cualquier situación que no sea dentro de la pareja heterosexual casada. O sea, la postura del judaísmo ante la expresión sexual no es discriminatoria, sino exclusiva.
Puede resultar difícil ponerlo en práctica, pero no es un desafío sólo para los homosexuales; hay muchos heterosexuales que les cuesta controlar sus instintos y canalizarlos como D-os manda...
Instinto vs. Comportamiento
Hay que saber distinguir entre individuos con tendencias homosexuales y los actos homosexuales.
El judaísmo acepta al individuo con tendencias homosexuales como miembro pleno del pueblo judío, con derechos plenos. Esto no quiere decir que le permita dar expresión libre a todos sus instintos.
La Torá prohíbe expresamente dar expresión física a deseos homosexuales, tanto de índole masculina como femenina. En cuanto a la manifestación masculina la prohíbe explícitamente, tildándola de “Toeivá” (Levítico 18:22). Si bien generalmente “Toeivá” se traduce generalmente como “abominación”, en este caso, el sabio talmúdico Bar Kapara (Nedarim 51a) introduce la idea que la palabra Toeivá es una contracción de tres palabras hebreas, Toé atá ba, que quiere decir “te desvías por ello”. O sea, no es sólo una cuestión de prohibición, es, en esencia, un desvío del comportamiento natural y correcto. (La prohibición del comportamiento lesbiano está incluida en la prohibición más general de “no comportarse como los egipcios” (Levítico 18:3).)
“Por lo tanto abandonará el hombre a su padre y a su madre y se apegará a su esposa y serán una sola carne” (Génesis 2:24). El hombre fue creado con el instinto sexual con el objetivo de unirse por medio de ello con su esposa. Es su deber primario. Desviar ese potencial y usarlo fuera del matrimonio heterosexual atenta contra la voluntad de D-os (como también contra la naturaleza humana innata de dejar descendencia).
El hecho que uno nazca con determinada tendencia no necesariamente lo transforma en una alternativa de vida válida. Para el judío es la Torá la que define cuáles tendencias deben expresarse y cuáles no. El nacer con tendencias hacia el “desvío” implica tener un desafío y una misión especiales, como también las fuerzas necesarias para superar el desafío y realizar la misión por la cual nació.
Si uno nace con tendencias de pegar la cabeza contra la pared, por ejemplo, ¿acaso se le ocurriría a alguien decir que hay que dejarle dar expresión libre a su tendencia? O si nace con tendencia hacia la depresión: “Deja que salte del puente, ya que nació con esa tendencia... Es un estilo de vida alternativo...”
Cuando se dice que los 'homosexuales' están aceptados dentro del judaísmo con plenos derechos, quiere decir que tienen el pleno derecho a que la sociedad los ayude a superar sus tendencias e incorporarse en la comunidad de una manera productiva y plena del mismo modo que la sociedad debe ayudar a cualquier persona que padece de condiciones y desafíos especiales.
El hecho que la Torá prohíbe dar expresión a la homosexualidad se puede ver también como una mano fuerte de apoyo y de estímulo - del mismo Creador del hombre - para la persona que tiene tendencias homosexuales, diciéndole que si realmente quiere, puede lograr superar y canalizar su sexualidad de una manera productiva, equilibrada, sana y satisfactoria.
El hecho que la Torá la prohíbe implica que es posible dominar y canalizarla, aunque parezca difícil. La Torá no fue entregada a los ángeles celestiales, sino a los hombres terrenales con todas sus debilidades y deficiencias. Lo que distingue al hombre del animal es que el animal está dominado por su instinto mientras que el hombre lo domina, canaliza y sublima.
Políticamente (in)correcto
Hoy en día es cada vez más “políticamente incorrecto” hablar de la necesidad de superar la tendencia homosexual. El discurso “correcto” es hablar de los “derechos” de los gays y condenar la “intolerancia” de quienes no reconocen dichos derechos.
En su libro “Light in the Closet: Torah, Homosexuality, and the Power to Change”, el Sr. Arthur Goldberg analiza cómo se logró cambiar la actitud de la sociedad para que se dejara de hablar de la sodomía (un acto condenable) para pasar a hablar de la homosexualidad (una condición que merece simpatía) y eventualmente de los Gays (una minoría con derechos protegidos). Dicho proceso es el resultado de una estrategia bien pensada. Para el que sigue la Torá dicho proceso no tiene arraigo, ya que tiene claro que el comportamiento homosexual es un desvío. Punto final. No implica la discriminación y el maltrato del que sufre de dicha condición, sino todo lo contrario: entiende que hay que dedicar recursos humanos y económicos para buscar la manera de ayudarlo a encausar su instinto.
¿Será posible?
Hay muchos padecimientos por los cuales todavía no se ha encontrado una cura o solución. ¿Acaso por eso se le ocurriría a alguien darse por vencido y dejar de buscarlas?
¿Cómo se ayuda a un homosexual a superar su naturaleza?
La manera práctica de ayudar a un 'homosexual' es un desafío para los expertos en comportamiento humano. Una vez que los profesionales lleguen a la conclusión que dar expresión práctica a la homosexualidad no es una alternativa aceptable y que se puede y debe ayudar al que tiene tendencias homosexuales a canalizar su instinto correctamente, es de esperar que tarde o temprano se encontrará la manera de lograrlo.
Lo antedicho es nada más que una breve introducción al tema. Es un tema muy complejo y muy candente. Requiere una dedicación profunda y seria por parte de los líderes religiosos junto a los profesionales en temas de comportamiento humano para encontrar los caminos para quienes quieren vivir su vida como D-os manda .
Únete a la charla