Recreación
De acuerdo a las enseñanzas del jasidismo y kabalá en las fechas conmemorativas de nuestro calendario no sólo recordamos hechos del pasado, sino que los revivimos. Siendo que el tiempo mismo es una creación, cada día de cada ciclo (semanal, mensual, anual) tiene su propósito, energía y «orden del día». Generalmente podemos saber cuáles son de acuerdo a los acontecimientos del pasado que conmemoramos en ellas como también de los preceptos vinculados con dicha conmemoración.
En Rosh Hashaná, aniversario de la Creación, D-os vuelve a crear al mundo – y más específicamente al hombre - con nuevas fuerzas y energías.
El propósito de la Creación
Las primeras preguntas que surgen cuando hablamos de la creación del mundo son «¿por qué?» y «¿para qué?» ¿Para qué le hacía falta a D-os crear este mundo? ¿Cuál fue Su objetivo?
No es de las preguntas más fáciles de responder; después de todo, estamos, meros mortales, intentando comprender los motivos de nuestro Creador. De hecho, sería totalmente imposible lograrlo – más allá de la especulación – si no fuera por el hecho que El mismo nos haya revelado algo de Sus motivos.
Encontramos a lo largo del Talmud, Kabalá y Jasidismo varias explicaciones al respecto, una de las cuales es que D-os creó al mundo para poder brindar bondad. Dado que para poder brindar bondad, debe haber un «otro» a quién brindarlo, creó una existencia (aparentemente) independiente de él: este mundo del cual somos parte.
Cabe preguntarse:
Si el objetivo por el cual D-os creó al mundo es brindar bondad, ¿Por qué, entonces, resulta la vida ser tan difícil? ¿Por qué cuesta tanto lograr lo que queremos en la vida?
La respuesta que nuestros sabios dan es: La mayor bondad que se le puede hacer por alguien es darle utilidad y es por eso que D-os nos dio la oportunidad de ser «socio» con él en la creación. Creó un mundo incompleto y nos cargó con la tarea de perfeccionar y completarlo. Si hubiese creado un mundo en el cual no hace falta esforzarse para lograr las cosas, seríamos nada más que receptores de una bondad gratuita y seríamos totalmente inútiles.
Paraíso e Infierno
Cuentan de Jaimito, un hombre que vivió una vida egocéntrica sin ayudar nunca a nadie quien al llegar al mundo venidero fue recibido por un ángel que lo llevó directamente a su «habitación», la suite presidencial del Sheraton Celestial. No podía creerlo. «Debe haber un error,» pensó, mientras miraba la escena paradisíaca desde su ventana. «Yo me estaba preparando para una bienvenida en el infierno…»
El ángel le dejó sus valijas acomodadas y dijo: «Lo que Ud. desee está a su disposición. Sólo debe apretar este control y lo tendrá. Bienvenido a su destino final.»
Seguro de que había algún error, decidió aprovechar la oportunidad hasta que se dieran cuenta. Apretó el control y apareció el ángel. «¿Sabe? Siempre estuve muy ocupado y no pude darme todos los gustos. Siempre quería aprender a jugar al Golf y no tuve la oportunidad. ¿Hay algún profesor que me puede enseñar jugar al Golf?»
«Pero, ¡por supuesto!» y al instante aparece un ángel profesor de Golf. Lo lleva al campo de golf y le da una clase. Jaimito pega la pelota y en su primer intento logra un «hoyo en uno». ¡Qué maravilla! Lo mismo ocurre en cada hoyo. ¡Un juego perfecto!
Feliz por su éxito y algo cansado, dice: «Me gustaría descansar un poco en la piscina.» En seguida lo llevan a una piscina exquisita con agua climatizada, llena de delfines y peces tropicales de todo tipo, bajo un cielo azul, despojado de nubes. «Me encanta ver las nubes mientras floto en la piscina,» dijo. En seguida aparecieron nubes de todo tamaño, forma y color… Y así cada cosa que se le ocurrió tener, apareció instantáneamente sin demora ni esfuerzo.
Luego de una semana de ese tratamiento real, empezó a aburrirse y se le picó la curiosidad de ver cómo era el infierno. «Dígame, don Angel, ¿hay posibilidad de organizar un paseo para ver a mis amigos en el infierno?» preguntó a su ángel guía. «Dígame, Sr.,» respondió con una sonrisa, «¿y dónde cree que está?»
El peor infierno que uno puede sufrir es ser inútil.
El mayor aporte humano
¿Cuál es el diferencial más importante y la mayor función que el hombre puede cumplir? ¿Cuál es su mayor utilidad?
El mayor diferencial que distingue al hombre del resto de la creación es su capacidad de elegir entre el bien y el mal. Los animales son esclavos de sus instintos y no pueden optar por ir en contra de ellos. Sus acciones no tienen implicancias morales. El hombre es el único que puede optar y por lo tanto sus decisiones tienen connotaciones éticas y morales.
La mayor función que el hombre puede cumplir es utilizar esa capacidad de elegir para optar por reconocer a su creador y cumplir con el propósito Divino de su existencia. De hecho, lo primero que hizo Adán fue convocar a toda la creación y proclamarLe a D-os como rey del universo.
Así que Rosh Hashaná no es sólo el aniversario de la creación del hombre; es también el aniversario de la coronación de Dos como Rey del universo.
Cuando llega Rosh Hashaná no sólo recordamos dicho evento, sino volvemos a «coronar» a D-os como Rey del Universo.
«Coronar» a D-os como rey implica no sólo proclamarLo como rey del gran universo, sino, más importantemente, proclamarLo como rey y autoridad máxima en la vida personal y cotidiana de uno mismo.
En la práctica
¿Cómo se hace?
Simplemente haciéndolo.
Un rey da órdenes; no sugerencias. Al cumplir con las órdenes del rey uno manifiesta la aceptación de Su autoridad y el deber de servirLo.
La Mitzvá central de Rosh Hashaná es escuchar el sonido del Shofar. El Shofar, que proviene de un animal y es doblado, nos enseña que la manera de «coronar» a D-os es por medio de doblegar a nuestros instintos animales y transformarlos en un instrumento por medio del cual expresar el sonido más profundo del alma.
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