El primer cumpleaños

El primer individuo en festejar su cumpleaños fue Adán. Bueno, si tenemos en cuenta que él no “nació”, el purista va a argumentar que en realidad Adán no tiene un “cumpleaños”, porque no “nació”. No obstante, su primer día en este planeta fue bastante rico en experiencias.

Adán fue creado el primer viernes de la historia, el sexto día de la Creación, después de que Di-s terminó de establecer la mesa de cumpleaños cósmica con el cielo y la tierra, el sol y la luna, las plantas y los árboles, los animales, las aves y los peces. Poco después de la creación de Adán, ese mismo viernes, Di-s formó a Eva y le insufló vida.

Si bien no figura en los anales de la historia el hecho de que Adán y Eva hayan tenido una torta de cumpleaños, sí podemos decir que festejaron su cumpleaños comiendo otro manjar muy especial: el fruto del Árbol del Conocimiento. Como sabemos, las consecuencias fueron bastante peores que un simple dolor de panza.

Los cumpleaños de Adán y de Eva los celebramos anualmente en Rosh Hashaná, que es el Año Nuevo Judío, y que no es el día en que se creó el mundo, sino el aniversario de la creación de Adán y Eva, que tuvo lugar seis días después. Este es el día en el que todo comenzó verdaderamente; el día en el que se puso en marcha la visión del Creador de habitar en un hogar hecho por el hombre.

Un huésped intimidatorio



“Y Abraham hizo un gran banquete el día en que Isaac fue destetado” (Génesis 21: 8).

Según una opinión expresada en el Midrash, este banquete era la celebración del decimotercer cumpleaños de Isaac, el día en que dejó atrás la niñez y asumió las responsabilidades de un judío adulto. Según otra opinión, este banquete tuvo lugar en su segundo cumpleaños. Como sea, fue un festejo de cumpleaños.

De acuerdo con la tradición, Isaac nació en Pesaj. Por lo tanto, el “gran banquete” tiene que haber consistido en matzá y comida kasher para Pesaj. Pero los manjares no fueron la principal atracción de este festejo, sino que lo más destacado fue la lista de celebridades que asistieron y que incluían a la crema de la sociedad de aquella época.

Uno de los invitados importantes fue Og, el Rey de Bashán, un hombre pantagruélico de una fuerza sobrehumana, quien comentó con tono condescendiente: “¿Por qué hacen tanto alboroto por este niño? ¡Solamente con mi meñique puedo acabar con su vida!”.

A Di-s no le gustó mucho ese orgullo desmedido y le contestó: “Espera, Og, tú llegarás a ver a cientos de miles de descendientes de este niño. De hecho, ellos acabarán con tu vida…”.

Y eso fue precisamente lo que ocurrió muchos años después, cuando Og fue derrotado por el ejército israelita liderado por Moisés.

Una fiesta de cumpleaños “memorable”



La primera referencia en las Escrituras a una fiesta de cumpleaños se encuentra en el Libro del Génesis. El faraón dio un gran banquete en celebración de su cumpleaños para todos sus ministros. Durante el transcurso de dicho banquete, el faraón se acordó de dos de sus chambelanes: el jefe de coperos y el jefe de panaderos, a los que había mandado a la cárcel a causa de su negligencia durante el ejercicio de sus funciones. Exactamente, tal como José, un joven hebreo, había predicho tres años antes, el faraón perdonó al jefe de coperos y lo hizo retornar a su cargo. Por su parte, el jefe de panaderos fue enviado a la horca.

Una de las formas más comunes en que uno le desea una larga vida a la persona que cumple años es deseándole que viva “hasta los 120”. En la Torá, encontramos a alguien que vivió exactamente hasta los 120, ni un día más ni un día menos. Nos estamos refiriendo a Moisés, el más grande profeta de todos los tiempos, quien nació y falleció en la misma fecha, el 7 de Adar.

Varios siglos más tarde, cuando Hamán quiso exterminar a los judíos, hizo una lotería para determinar cuál era el mes más propicio para poner en práctica su nefasto plan. Hamán se quedó encantado cuando en la lotería salió el mes de Adar: “¡Este es el mes en el que murió Moisés, el salvador de los judíos!”.

Pero lo que Hamán no sabía era que Adar también es el mes en el que nació Moisés. Y el carácter auspicioso del día del nacimiento compensa cualquier rasgo negativo que pueda estar asociado con la muerte. El resto, como sabemos, es historia…

Una fecha de nacimiento triste pero finalmente alegre



El día más triste de todo el calendario judío es el 9 de Av, la fecha en la que, entre otras tragedias, fueron destruidos ambos templos, tras lo cual nuestra nación fue exiliada de la Tierra Santa. No obstante, nuestros Sabios nos cuentan que a pesar de toda la tristeza y de todo el dolor, esta es la fecha de nacimiento del Mashíaj, nuestro futuro redentor: “El día en que fue destruido el Templo Sagrado, un judío estaba arando su campo cuando de repente su vaca mugió. Un árabe que pasaba por el lugar oyó el mugido de la vaca y dijo: “¡Judío, judío! Quítale el yugo a tu vaca y suelta tu arado, porque acaba de nacer el Redentor…”.

El redentor, y junto con él el potencial para la redención, nació en el instante posterior a la destrucción.