Pregunta:
¿Estás pensando convertir tu hogar en un hogar kasher, pero te parece que el cambio es muy abrupto para hacerlo de un día para el otro? La cuestión es que, cuando finalmente te decides a hacerlo, quieres que sea de la manera correcta y cualquier cosa que no se corresponda con una cocina ciento por ciento kasher, parecería no serlo. Aquí, te presentamos algunas ideas para que puedas realizar la transición de la manera más fácil.
Respuesta:
Antes que nada, debes saber que estás en el camino correcto. Comenzar con el cumplimiento de una mitzvá de a poco hace que el resultado sea más factible de ser conseguido. Ir despacio, también, implica generar una estabilidad en el proceso hacia una vida basada en la Torá, lo cual es muy importante.
Sin embargo, no debemos ver este proceso como si nos estuviéramos conformando con la situación actual. El motivo es el siguiente:
Imaginemos a una persona adulta que desea comenzar a aprender un idioma nuevo. ¿Se conformaría con aprender solo las primeras palabras? ¿Y qué sucede con un niño que comienza a estudiar matemática? ¿Se conformaría si empezara con cálculos sencillos? Es obvio que no. Está más que claro que ni "g-a-t-o escrito gato" ni 2 + 2 = 4 representan el objetivo final. Son solamente los pasos necesarios para ir en la dirección correcta.
Con las mitzvot pasa algo similar.
¿Nos conformaríamos con creer que, solo por no comer panceta o hamburguesa con queso, estaríamos comiendo kasher? Del mismo modo en que si pensamos que por ponernos los tefilín una sola vez por semana, esto es algo erróneo. Sin embargo, decir que el viaje comienza con un primer paso es la manera de crecer.
En lo que respecta a las mitzvot, existe un componente adicional: la Torá no es todo o nada. Cada mitzvá representa una relación verdadera con el Creador. Cada vez que comemos kasher, cada vez que nos ponemos los tefilín, cada vez que cuidamos el Shabat, algo maravilloso ocurre.
A continuación, teniendo en cuenta los aspectos prácticos, sugerimos un plan de tres pasos para comenzar con el proceso (aunque se puede dividir en más partes, inclusive).
Primer paso:
Compra solamente carne kasher.
Evita comer carne con leche.
Paso dos:
Compra únicamente productos que tengan un certificado de kashrut confiable. Te sorprenderás al ver la cantidad de productos kasher que hay en los supermercados.
Divide las ollas, sartenes y demás cubiertos de cocina en "lácteos" y "cárneos", aunque los hayas utilizados anteriormente de manera indistinta. (Quizá, desees identificarlos de alguna manera para no mezclarlos con posterioridad). Esto servirá de práctica para lo que viene a continuación: minimizar los errores y confusiones una vez que la cocina sea kasher.
Paso tres:
Invita a un rabino a tu hogar para que inspeccione la cocina. Él podrá recomendarte cómo dividir las secciones de "lácteos" y "carnes" de la mejor manera. También, te ayudará a determinar qué cubiertos pueden kasherizarse y cuáles deberán ser reemplazados.
El gran día: Se kasherizan la pileta, el horno y los cubiertos. Ahora, por fin, tendrás una cocina kasher.
Como expresa el dicho: "Se alcanza el éxito convirtiendo cada paso en una meta y cada meta en un paso". Que el cumplimiento de esta mitzvá tan importante traiga muchas bendiciones a tu familia.
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