Pregunta
Tengo treinta años, soy un hombre, soltero, y espero tener una esposa, una relación amorosa e hijos.
A medida que pasa el tiempo, escucho más y más hombres que se quejan de cuán miserables e insoportables son sus matrimonios. Cuando les pregunto sobre el tema, su primera reacción es un suspiro de resignación que los invade, sus ojos se tornan vidriosos y contestan "¡Es un trabajo duro!". La mitad de las bromas durante el kidush en el shil son acerca de cuán duro es el matrimonio.
Por otro lado, las mujeres parecen ser mucho más optimistas respecto de este tema. ¿Saben lo que verdaderamente están sintiendo sus maridos? ¿Es realmente una carga tan terrible el matrimonio?
Respuesta
Mi consejo es busca en Internet, en el Google dos palabras: matrimonio y longevidad. Seguramente, encontrarás muchos estudios fascinantes al respecto. Resulta ser que, para el hombre, el casamiento es un factor más significativo en lo que respecta a su salud y a la longevidad que su propio ingreso, incluso, contrarresta los factores negativos que produce fumar.
Es cierto, a todos nos gusta quejarnos. Está en la naturaleza del hombre el hecho de que nunca está satisfecho completamente. Incluso, en el mejor de los matrimonios no suele ser todo color de rosas. Sin embargo, observa cuán confundido y triste se ve a un hombre cuya mujer se ha ido de viaje por unos pocos días y lo dejó solo.
Confía en la Torá: "No es bueno que el hombre esté solo". El juego de la vida está lleno de riesgos. Si no estamos dispuestos a enfrentarlos, ¿para qué jugarlo?
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