El Rebe Anterior de Lubavitch, Rabbi Iosef Itzjak Schneerson, inició la costumbre de remitir grupos de jasidim a shuls en varias comunidades Judías a través de la ciudad de Nueva York en los días festivos. A pesar de la distancia —a menudo lleva horas de caminata en cada dirección— los jasidim hacen alegremente la jornada, compartiendo el espíritu de la fiesta y trayendo un mensaje del Rebe a los congregados que ellos encuentran.

El erudito, Rabbi Nissan Telushkin, Rabino de un shul en el Este de Nueva York, apreció grandemente la visita de los jasidim. Un año, poco después de la fiesta, él tuvo el privilegio de conocer al Rebe en privado en yejidut, y aprovechó la oportunidad para agradecerle por enviar a los jasidim.

El Rebe reconoció su agradecimiento diciendo, “Sí, ello requiere una medida de auto-sacrificio por parte de ellos.”

“De hecho" afirmó el Rabbi Telushkin. “Horas de caminata de ida y de vuelta requiere mucho auto-sacrificio.”

El Rebe sonrió. "Hay una dimensión mayor de auto- sacrificio: la buena voluntad de extenderse uno mismo y alcanzar a otros con el conocimiento pleno de que, al mismo tiempo, un farbrengen se está celebrando en “770.” Renunciar a esta oportunidad e ir a un shul diferente es un auto-sacrificio mucho mayor.”