Profesor: “Encontraron huesos de siete vacas en las excavaciones que se están realizando en la orilla del Nilo. ¿Serán de las vacas gordas o de las vacas flacas?
Alumno: Deben ser de las vacas flacas porque tragaron a las vacas gordas.
Profesor: Muy buen razonamiento, pero te olvidaste de un detalle: fue un sueño. ¿Cómo pueden encontrarse huesos de un sueño?
Los sueños del Faraón
En la lectura de esta semana, Miketz1 , leemos sobre el famoso sueño del Faraón en el cual vio siete vacas gordas saliendo del Nilo seguidas por siete vacas flacas quienes prosiguieron a tragarlas sin que se les notara.
Trajeron a José quien interpretó el sueño como un anuncio Divino sobre el futuro: habrán siete años de abundancia seguidos por siete años de hambre.
El Faraón se impresionó por la interpretación y lo nombró a José como virrey de Egipto.
¿Qué podemos aprender de esta etapa en la vida de José?
La vida de José pasó por situaciones muy extremas, desde un período en la cárcel por acusaciones falsas hasta llegar a la cima del poder de la superpotencia de aquel entonces.
Cuentan que cuando Golda Meir se encontró con Henry Kissinger luego de ser nombrado Secretario de Estado norteamericano, le dijo qué estaba muy contenta que los EE.UU tenía un judío en ese cargo tan sensible e importante.
“Mire,” dijo el Dr. Kissinger, “primero soy ciudadano norteamericano, luego soy Secretario de Estado y por último soy judío.”
“Qué suerte tenemos los judíos que leemos de derecha a Izquierda…” respondió Golda con una sonrisa.
José se mantuvo íntegro en cada situación que la vida le presentó. Mantuvo su rectitud tanto en los momentos más bajos como en los momentos de grandes logros.
Una de las características de José fue que siempre invocaba el nombre de D-os, “Si D-os quiere”, “Gracias a D-os”.
Nuestros sabios nos enseñan que hay dos tipos de pruebas en la vida, pruebas de riqueza y pruebas de pobreza. Es común que el rico crea que no necesite de D-os; “se las puedo arreglar solo” y es común que el pobre crea que D-os no existe o que lo haya abandonado.
José salvó las dos pruebas. Cuando estaba en el pozo no dudó de que fue orquestado por D-os, que era para su beneficio y si D-os quería iba a salir y cuando llegó a la cima del poder siguió invocando el nombre de D-os, reconociendo Su mano detrás de su éxito.
Esta virtud está reflejada en la obligación de recordar la salida de Egipto tanto de día como de noche. La palabra hebrea por Egipto es Mitzraim, de la palabra “Meitzar”, “estrechez” o limitación. La idea es que cuando uno está en una situación de “noche” debe saber que puede salir de “Egipto” y cuando se encuentra en una situación de “día”, de éxito, tiene que recordar que debe salir de su Egipto personal y superarse más aún.
Efraim y Menashe
Leemos esta semana sobre el casamiento de José con su sobrina Osnat y el nacimiento de sus dos hijos, Menashe y Efraim, antes de que empezara la hambruna.
La Torá nos dice porqué José les dio los nombres mencionados. Menashe viene de la palabra “nashani”, olvido, para no olvidar de dónde venía. Efraim viene de la palabra “hifrani”, multiplicarse, en agradecimiento del éxito que le tocó vivir.
Reflejado en nuestra vida hoy en día:
Debemos estar atentos a los dos extremos. No dejar que el ambiente que nos rodea nos haga olvidar quienes somos, y más que eso, debemos ver en la vida que nos toca vivir no tanto una amenaza contra la cual defendernos sino una oportunidad que hay que aprovechar. Es justamente por medio de la adversidad que podemos acceder y expresar nuestro potencial más profundo.
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