La Parashá que leemos esta semana comienza con la recompensa que recibió Pinjas por su acto de valentía, imponiendo castigos a Zimri ben Salu, quién estaba contra Moisés, y cohabitaba con una mujer Midianita. Zimri era jefe de la Tribu de Shimon, quienes eran fieles a su líder. El acto de Pinjas fue peligroso. El Talmud habla de los milagros que ocurrieron ese día, que le permitieron a Pinjas salir ileso de la carpa de Zimri.

El acto de Pinjas no fue muy racional. Sus posibilidades de éxito eran mínimas, pero estaba siguiendo el ejemplo del primer judío. Abraham era un hombre joven en Ur, viviendo en una sociedad pagana, cuando comenzó a predicar una filosofía de monoteísmo. Nimrod no estaba contento con lo que Abraham estaba creando. De hecho, fue llamado el “Ivri”, que significa “del otro lado”, porque todo el mundo estaba de un lado, mientras que él, junto con sus creencias monoteístas, estaban del otro. Pero Abraham no se inmutó, porque sabía que lo que estaba haciendo era lo correcto.

Las historia de Abraham y Pinjas, se han repetido como un disco rayado a través de nuestra difícil y gloriosa historia. Nuestra nación no existiría ahora si no fuera por todos los actos heroicos realizados por valientes individuos y grupos. Dos ejemplos: La festividad de Januca, celebra la valentía de un pequeño grupo de personas que se rehusaron a ser parte de la contaminación espiritual del Helenismo, y pelearon contra un ejército Griego, que era mucho más grande y fuerte que el de ellos.

Esta Parashá, siempre se lee cerca del 12 de Tamuz, el día en el que los Jasidim de Jabad celebran la milagrosa liberación de Rabi Iosef Itzjak Schneerson, el sexto Rebe de Jabad, de la prisión comunista en 1927. En un momento en donde enseñar Torá significaba la muerte o trabajo forzoso en Siberia, el Rebe no se desesperó. Él desafió el régimen Soviético, y animó a sus seguidores a que hicieran lo mismo. Estableció Ieshivot clandestinas, Mikves, etc, y él se ocupaba personalmente de financiar la red clandestina educativa.

El resultado final de estas historias es la victoria. Millones de sus descendientes siguen el camino que Abraham abrió. (En realidad, su legado incluye no sólo a los judíos, sino también a la mayor parte de la población mundial que son monoteístas, y tienen sus raíces en Abraham). Pinjas fue recompensado por su acto, y sus descendientes son los Cohanim (Sacerdotes), que bendicen al pueblo judío y retomarán sus servicios en el Templo Sagrado cuando llegue el Mashiaj. Los Griegos fueros desterrados de la Tierra Santa, el judaísmo siguió floreciendo, y además tenemos unos días extra cada año para celebrar, comer y disfrutar en familia… La educación judía continuó detrás de la Cortina de Hierro hasta la caída del comunismo. Ellos se han ido, y la Torá sigue vigente.

Incluso cuando las probabilidades están en nuestra contra, debemos pelear por lo que es correcto. Debemos hacer lo que nos corresponde a nosotros, y Di-s se encargará del resto.