Mi bisabuelo, el Rabino de Krasnostav, Ucrania, dijo el Shema Israel justo cuando los Nazis le dispararon. Él, y todos los 850 judíos de la ciudad, incluyendo a mi bisabuela y mi tío abuelo, fallecieron allí.

Su Shema Israel fue del tipo de morir por Di-s.

Mi abuelo dijo el Shema Israel miles de veces durante sus veinte años en el Moscú comunista. Trató de criar a su familia de 13 hijos en los caminos de Di-s, a pesar de sus complicaciones.

Su Shema Israel era del tipo de desafío por seguir a Di-s.

La generación de mis padres decía el Shema Israel a pesar de la impopularidad de la religión y la fe. Reconstruir una vida Judía desde las cenizas de Hitler y Stalin demandaba coraje.

Su Shema Israel era del tipo de pelear por Di-s.

Hoy en día decimos el Shema Israel con una nueva connotación. Ante las comodidades y libertades que nuestros ancestros hubieran considerado mesiánicas, decimos un Shema Israel que declara: No me hundiré en lo superficial. No me distraeré en las entradas de los pasillos del palacio del Rey. ¡Quiero ver al Rey! Quiero encontrar Santidad, no a través de la muerte, desesperación o revolución, sino porque quiero cumplir la misión de Di-s por mi. Quiero la verdad por el bien de la verdad.

El Shema Israel de nuestro tiempo es único, incluso entre los billones de Shema Israel que se han dicho a través de la historia. Nunca antes hemos enfrentado tal oportunidad y libertad y a pesar de ello, elegimos a Di-s. El Shema Israel de hoy es del tipo de vivir por Di-s. Vivir en el mundo y al mismo tiempo mostrar orgullosamente nuestra identidad como judíos. Tenemos nuestro propio Shema Israel, para aquellos momentos en los que debemos descubrir dentro de nosotros la fuerza y sacrificio para elegir a Di-s ante las tentaciones del mundo.

¿Para mis hijos? Espero y rezo para que su Shema Israel no sea una declaración de fe, sino una declaración de la realidad mesiánica: “DI-S ES NUESTRO DI-S, DI-S ES UNO”